No había escuchado esta maravillosa sesión de radio a tres, entre Angels Barceló, Carlos Herrera y Carlos Alsina:
El periodismo se basa en la objetividad, pero como ironizaba uno de mis profesores en la UPV, «hay muchos tipos de objetividad». Nuestra labor como oyentes, es saber viajar a través de las ondas, de internet o de los periódicos, intentando que los detalles no tergiversen nuestra visión. Y eso, en un mundo en el que muchos pretenden que las cosas sólo sean de un color es, posiblemente, más complicado que nunca.
A diferencia de la subjetividad, la realidad sí que es solo una. Aunque depende del contexto en el que la insertes El ideario que la acompaña la deforma y por eso, cómo bien decían los líderes de las mañanas radiofónicas españolas, conviene escuchar más de una versión para que tu espíritu crítico no acabe sumido en el sueño eterno de dejar que otros piensen por ti.
El día es muy largo y el matiz importante de la charla, es que los tres asuman que no hacen los programas perfectos, porque se robarían colaboradores, están atentos a los que los otros dos hacen, o se rasgan las vestiduras cuando el otro entrevista a alguien que les hubiera venido bien en ese momento.
Siempre hay tiempo para recolocar cada tramo en su lugar. Sus análisis son tus guías de la realidad. Pero la moraleja final, es que hay que saber escuchar, reaprender a interpretar y no siempre es necesario rebatir, o escupir encima del que no se significa con tus filias. Más bien, lo que hace fuerte tus convicciones es saber compararlas o criticarlas, no en la acepción negativa del término, sino en la que se refiere a ponerla en duda. Más que nada, porque asumiendo que ninguna verdad es absoluta, no deberíamos perder la perspectiva de lo que convierte cada cosa en una verdad. Y lo que tú eres capaz de hacer con ella en estos tiempos que solapan tan vehementemente, las certezas de un pasado que no es tan lejano como las prisas te hacen creer.
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