– ¿Está de moda? –
– No –
– ¿Es Mainstream? –
– No –
– Pero ¿Habrá postureo? –
– Tampoco –
– ¿Entonces? –
– Música, amig@, se trata de música –
Esta surrealista conversación, que tuve en el concierto de The Subsonics, resume a la perfección como fue el primer día del nuevo ciclo de conciertos acústicos que cada viernes a las 19.30h podréis ver (y vivir) en la vetusta Sala Clan Cabaret. Es un proyecto que ha llevado 3 años de maceración, de entender dónde estaba, a qué me enfrentaba y cómo debía hacerlo.
El éxito de este tipo de propuestas requiere un tiempo, de ahí que, a pesar de diversos ofrecimientos anteriores, la historia no se materializó hasta que una Sala seria como Clan Cabaret puso los medios pertinentes para que esto arrancara. Hay muchas propuestas interesantes y muchos locales que se lo curran. La diferencia de esta iniciativa es en pro de huir de la endogamia y abrir el horizonte. Quizá sea el principio del deseado circuito, o se transforme dependiendo de las exigencias del público, de la sala o de los artistas. ¿quién sabe?
Sé que en estos días de prisas sin criterio, la gente cree que el éxito se mide en followers, «me gustas» o en que un día determinado organice un sarao y engañe o todo mi círculo cercano para que venga aunque, por regla general, les interese una mierda lo que se van a encontrarse allí.
Ésto no tiene nada que ver con éso. Ésto se trata de vosotr@s vuestras ganas de relacionaros con la cultura y el simple hecho de recuperar una costumbre en desuso llamada descubrir cosas nuevas. La experiencia de ver a un gran artista con una dilatada carrera tocando casi en exclusiva para vosotr@s. La posibilidad de verles repasar su carrera en apenas una hora, con una cerveza a cuenta de la casa y la oportunidad de que, si os gusta, podáis tomaros otra con él, y sino, hayáis roto la barrera que separa la monotonía del fin de semana de una manera diferente.
Además, como empieza a las 19.30h y estáis en pleno centro de Alicante, os da tiempo para ver, después, otro espectáculo, cenar por ahí, o llegar a casa a una hora decente. Así que podéis inventaros la excusa que queráis, si no os he engañado en cuatro años, no voy a empezar ahora. Este ciclo es intimismo, calidad, buen sonido y un montón de años de experiencia acumulados sobre un escenario. Es ver, por cinco euros, a artistas con decenas de discos publicados, es huir de lo de siempre, cambiar, encontrar una alternativa y, ¿por qué no? educar el criterio para que cuando esto acabe en mayo, nos podáis decir: vaya mierda éste, éste y éste y como molaron, este otro y el otro.
Yo, como soy positivo, por naturaleza, me quedo con que, aunque sólo llenamos un 10% del aforo de la sala, tuvimos unas cuantas conversaciones interesantes, hubo respeto por el artista, y los presentes se quedaron a gusto con el concierto.
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