Much@s se preguntan qué ha pasado con los jóvenes. ¿por qué no votan? o votan a Vox. ¿por qué no consumen cultura? ¿por qué no hay rastro de ellos en los debates de los barrios ni en las manifestaciones?
Pues bien. Sabéis esa hora que vosotras necesitáis estar descansando. La que les dais un móvil para que no os molesten… y se os va el santo al cielo, y ni os preocupáis por lo que ven, lo que hacen, con quién hablan, quien les influencia, qué música escuchan…
Y ¿recordáis cuando ninguneabais a esa profesora? y cuándo no dijisteis nada cuando cambiaron de la EGB, a la LOGSE, y así hasta 5 leyes diferentes…
Nos importa tanto ganar dinero, que nos olvidamos de cómo hay que gastarlo. Pero eso sí, queremos tener muuuucho. Y algo parecido falta con nuestro tiempo. Tuvisteis hijas para que las criaran otras, les disteis tanto que pensaron que acomodarse era lo normal. Que ya os quejabais vosotras por ellos. Que tu experiencia y tus errores eran mejores maestros que los propios profesores.
Y eliminaron la filosofía. Y cuatro gilipollas con una cámara se convirtieron en la influencia de masas. Cuatro que hablan de videojuegos y pamplinas virtuales, pero no de la importancia de la realidad. Y, así, de leer libros y periódicos, pasamos a pasar fotos con el dedo y a informarnos a través del Whatsapp, y a caricaturizarlo todo hasta el punto que buscamos más razones para reír que respuestas a nuestros PROBLEMAS reales. Porque claro, es super-importante parecer feliz. Aunque con tanto disparo de cómos, siempre estemos frustrados viendo como otros tienen lo que a nosotras nos gustaría tener
Y ahora, tenéis la osadía de llamar inconscientes, a los que no dedicasteis ni un segundo para ayudarles a definir sus conciencias. La de clases. La mental. La que equilibra derechos y obligaciones. Y la que no tiene sentido sin la pizca de crítica que el sistema educativo y sus cambios ha tirado a la basura. Al mismo cubo dónde se pudrió la historia que desconocen y que ahora, se repite.
¿Sabes ahora cuál es el problema?
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