En plena búsqueda del tiempo que no tengo, pienso en los libros que cada mes se quedan sin escribir, en las canciones que no se graban por falta de recursos y en los locales que cierran las puertas al arte por la falta de paciencia, el miedo o la ineficiencia que el riesgo genera a la hora de cuadrar números.
El dilema abre boquetes éticos entre los que intentan borrar lo que no está de moda y los que trabajan duro en crear sus propias modas. Cada día es un desafío constante en el mundo del arte, pero la historia demuestra que sólo se extienden en el tiempo las corrientes que crecen a base de adeptos, no de quienes consumen efímeramente y sin hábito.
En ese punto, muchos artistas se sienten presionados y equivocan su proceso por la búsqueda del éxito inmediato, en lugar de dedicar tiempo y esfuerzo a desarrollar su propio estilo, depurando su técnica o su voz creativa, mientras estudia lo que se está cociendo en su entorno y en qué manera participa en él su propio talento.
Es intrigante observar cómo artistas foráneos a menudo llenan las salas, mientras el talento local cae en un saco roto, incluso tirando los precios y los esfuerzos.
Las dudas te inundan ¿Se debe a una falta de promoción, una brecha en la visibilidad o simplemente a la preferencia del público por lo conocido? La satisfacción de un artista es un tema en constante evolución: ¿se mide en los ingresos que genera su trabajo, en la cantidad de «likes» que recibe en las redes sociales o en los elogios efímeros?
Supongo que permanecer en el camino de las artes es un desafío en sí mismo. Implica desarrollar proyectos desde los cimientos, educar, difundir conocimientos y establecer redes que den lugar a nuevas oportunidades.
Es esencial reconocer el valor de la creación autóctona y su importancia en el día a día de la ciudad y de la provincia formando parte del proceso creativo concebido como una obra conjunta que encierra partes concretas del turismo, del comercio, de la educación e incluso de la sanidad, sobre todo, mental.
En definitiva, la autenticidad y la conexión con la cultura local pueden enriquecer la escena artística y, a su vez, fortalecer el patrimonio cultural de una región. La valoración de la creatividad en todos sus aspectos es fundamental para fomentar un entorno artístico diverso y en constante evolución. Por eso, es tan importante pararse a mirar, valorar lo propio y ayudar a quienes todavía están dando forma a sus talentos.
Como dijo Goethe: «La persona nacida con un talento que debe usar encontrará su mayor felicidad al usarlo». Igual no importa tanto los likes que eso genere, aunque el reconocimiento y valorarlo económicamente ayudarían a que viéramos las cosas con una perspectiva más actual y realista, supongo.
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