Percival era tu seudónimo en redes cuando te conocí en el UnBuenDía. No te voy a engañar, por nuestros mensajes cruzados, esperaba un tipo joven, activo y jovial, pero pronto me di cuenta de que un corazón tan grande requería un cuerpo Be Xl y una muleta donde apoyar todas las desilusiones acumuladas mezcladas con ese amor que, a pesar de todo, siempre acababa imponiéndose a la adversidad.
Nos caímos bien desde el principio. Al fin y al cabo, no muchos comparten bondad por estos lares, algo en lo que tú siempre insistías y que yo tuve que vivir en mis carnes para cerciorar esta realidad con la que siempre te enfadabas.
También compartíamos amor por la cultura y por la radio, y haber llegado a este punto del planeta en un momento en el que todo parecía estar cambiando y en el que no es nada fácil mantener vivo un medio de comunicación pequeño. Compartidas, las penurias siempre se llevaban mejor. Quizá por eso, tanta gente traspasara la puerta de la radio que siempre dejabas entreabierta, para los que, como yo, eran un poco más timidos.
En estos siete años hemos acumulado cafés, conversaciones con estrenos de fondo, algunos actos públicos, mensajes de whatsapp, en esta última época… Ya hacía tiempo, que echaba de menos esos mensajes públicos de «si alguien quiere un café estoy en…». Leí tu último mensaje en Facebook diciendo que ibas a luchar, y como a muchos, se nos quedó pendiente una última llamada para darte ánimos, o darte las gracias por todo.
Ha sido una Nochebuena triste en muchos aspectos. Pero el más duro, sin duda, es haberme enterado de que ya no compartiremos café, ni micrófono, ni nada. Como decía mi abuela, el que se va es el que pierde. Yo no sé si tú eres consciente del legado que has dejado, sobre todo entre la gente LGTBI de Alicante. Yo me quedo con un consejo que me diste en una de nuestras últimas conversaciones: «Estoy cansado de estar enfadado (decías), no llegues a ese punto de no retorno, porque ninguna militancia merece ese esfuerzo».
Ojalá tod@s los funcionari@s que te negaron la incapacidad, o los que olvidan firmar una factura, tuvieran un poco de la empatía XL que tú tuviste. Sería un gran legado para esta ciudad de enfados evitables.
Te echaré de menos Chus Arroyo. Te agradezco todo tu apoyo y los ratos que me dedicaste. Sólo espero haber estado a la altura, aunque sólo haya sido un poquito.
Que bonitas palabras ❤️