Hoy se ha ofrecido un homenaje al artista, escultor, pintor y maestro foguerer alicantino, Remigio Soler, con el descubrimiento de una placa en la que fuera su casa y taller en la Calle Alberola, nº9, en el barrio de Benalúa.
En septiembre de 2016, a través de la AVV de Benalúa, se llevó a cabo en la Lonja del Pescado una exposición homenaje a este artista. Al poco de finalizar la misma, Remigio falleció, y la asociación junto con la familia solicitó poner una placa homenaje. Tras dos años de espera, el artista al fin cuenta con su merecido homenaje.
Soler dijo adiós a una vida marcada por la lucha (huérfano de padres a los 9 años, residió en el hospicio) hasta que ingresó en la escuela de Bellas Artes de Alicante, situada en la Rambla, donde recibió clases de los mejores pintores como Perezgil, Pedro Valdés y Manuel Baeza.Más tarde viajó a Barcelona, donde amplió sus conocimientos en el oficio donde ya era un alumno aventajado, el dibujo. De hecho, su talento, le permitió integrarse en las plantillas de la editorial Feher y Bruguera.Después regresó a Alicante, su tierra, la que hay detrás siempre de su obra, donde se encuentra toda su vida y personalidad. Y que resulta imposible de comprender sin el papel de su madre y su esposa.
Pintaba sobre papel o cartón y para dedicarse a ese arte ingresó en la escuela de Bellas Artes de Alicante, situada en la Rambla, donde, durante tres años, recibió clases de los conocidos pintores alicantinos Perezgil, Pedro Valdés y Manuel Baeza. Posteriormente trabajó en el taller de los hermanos Rafael y Fulgencio Blanco, desarrolló la práctica del dibujo, la talla y el barro para adquirir la técnica del modelaje. Además de realizar tallas de madera, pinturas, dibujos, participó en el mundo de las Hogueras como diseñador y constructor. Las esculturas de Remigio Soler se encuentran en muchas iglesias como la imagen de Cristo de la parroquia de San José de Calasanz, de la Virgen del Remedio, de la iglesia de las Lomas de Juan XXIII y de la capilla del Hogar Provincial de la Diputación de Alicante, en la que se conserva también una talla de la Virgen.
«Para Remigio Soler es importantísimo el trabajo. Así, en su obra, hay una gran presencia de trabajadores y, entre ellos, importantísimo también es la madre y la mujer trabajadora (mujeres que tiraron y miraron hacia adelante siempre en momentos muy difíciles). En sus pinturas, en sus esculturas se encuentran además siempre los oficios tradicionales», agrega Roche respecto a un artista, Remigio Soler, que se consolidó en la postguerra, arraigado siempre en lo popular y las costumbres.
Remigio Soler, que realizó exposiciones nacionales e internacionales (una de sus últimas muestras fue la titulada «Homenaje a la Medicina» en la CAM en marzo del 2005), fue también un conocido constructor y diseñador de Hogueras. Incluso el artista Pedro Soriano le dedicó en el 2001 un magnífico retrato que fue Ninot indultado en las Hogueras de aquel año.
Era un genio poco reconocido, al menos así lo aseguran muchos de los expertos consultados, aunque inmensamente querido en su barrio de Benalúa. «Era un personaje de la calle. Siempre se le encontraba cuando se le buscaba. Siempre alegre y colaborador, sonriente, feliz», apunta Manel Blasco, del colectivo del barrio.
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