29 de abril. Día de lo que Martha Graham definía como lenguaje oculto del alma. Por desgracia, sacamos menos tiempo del que nos gustaría para dar a este arte la relevancia que merece. Pero en estos días de confinamiento, nos han venido un montón de imágenes representativas de la limitación que esta pandemia ha supuesto para el mundo de la danza. Sin espacio no hay libertad, sin escenario no hay creación y bailar requiere una creatividad que el encierro oscurece.
Si a eso le unimos que la previsión no es muy halagüeña y que, como pasa en esta web, Gobiernos, teatros y espacios escénicos suelen priorizar la música y el teatro, son muchas las voces de profesionales del gremio que han levantado la voz para que el trámite hacia esa nueva normalidad no deje en el olvido la necesaria sensibilidad de el arte que revela todo el misterio que la música concede.
Hoy deberíamos estar hablando de la gala final del Abril en Danza, podríamos entrevistar a Sol Picó, o a Asun Noales, o a alguna profesora de academia o a las promesas emergentes de una disciplina de la que los alicantinos deberíamos enorgullecernos. Por eso, desde aquí, aparte de felicitar a todos los que están deseando volver a calzarse sus zapatos de ballet, instamos a que las instituciones apoyen la creación y, aunque los grandes escenarios tarden en abrir, no se olviden de tod@s las profesionales del ritmo, las coreografías y de la expresividad que nos alegran la vida.
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