Autora: Ana Smaz
Para cualquier escritor que derrame sus mundos interiores sobre el papel, verse reconocido con la publicación de su obra ya es recompensa suficiente por el esfuerzo realizado. Si a ello sumamos el ser galardonado con uno de los premios más importantes de la literatura en España, la satisfacción es más que doble.
De las 215 novelas presentadas, tan solo diez candidatos llegaron a ser tenidos en cuenta por el jurado para la elección del ganador. Joaquim Camps Torres se reveló finalmente como el merecedor del XXVI Premio Azorín de Novela con su obra <<La silueta del olvido>> que fue presentada bajo el seudónimo de Víctor Palmer con el título <<Recordando olvidar>>. Emocionado, el autor declaró que este es el primer premio que había ganado en su vida y que haberlo conseguido en su tierra valenciana era todavía más enorgullecedor.
Tras varios agradecimientos, hizo especial mención a su madre, quien sentada entre el público no dejaba de sonreír, y prosiguió su discurso expresando que “la literatura sirve para crear mundos dentro de los autores y ayudarles a respirar cuando la realidad les asfixia”.
Además de escritor, Joaquim Camps, ejerce como profesor y catedrático de la Universidad de Valencia, ciudad donde reside. Economista, experto en el comportamiento humano en organizaciones sociales, ya había publicado con Editorial Planeta otra novela anterior titulada <<La última confidencia del escritor Hugo Mendoza>>, también de género policiaco.
Sin adelantar mucho más sobre la trama, el autor nos puso en situación sobre el argumento de <<La silueta del olvido>>, donde nos presenta a la inspectora Claudia Carreras quien deberá encargarse de resolver un caso de secuestro.
El Premio Azorín está organizado por la Diputación de Alicante y la Editorial Planeta que ininterrumpidamente ha premiado a veintiséis escritores desde su primera edición en 1994. Históricamente la Orden por la que se convoca el Premio Nacional de Literatura «Azorín» tiene como fecha de registro 1970. La dotación actual es de 45.000€ con la edición por Planeta de más de 75.000 ejemplares, sin duda un aliciente para que autores de habla hispana que quieran presentar sus novelas lo hagan empujados por la ilusión de verse reconocidos abiertamente.
Sobre la gala que tuvo lugar en el ADDA el pasado 7 de marzo, cabe destacar la declamación que el actor Mario Zorrilla realizó de un fragmento de Castilla de José Martínez Ruiz “Azorín” y la impecable interpretación que la Orquesta ADDA Simfónica realizó de las piezas de G. Rossini (Guillermo Tell, Obertura. Presto), S. Barber (Adagio for Strings), L.v.Beethoven (Sinfonía nº 5, Op. 67. IV. Allegro) o P.I.Tchaikovsky (Sinfonía nº 4, Op. 36. IV. Finale: Allegro con fuoco) bajo la experta dirección de Josep Vicent.
Al finalizar la gala pudimos disfrutar de un variado coctel en la planta superior en el que autores, personalidades, organizadores y asistentes en general nos entremezclamos unos con otros. Es innegable que un ambiente en el que se respira la cultura abre los alveolos pulmonares de nuestra mente y que además, nos gusta compartirlo, como pude observar durante todo el acto en el cual los móviles no dejaban de hacer fotos y vídeos para subirlos a redes sociales al momento.
Podríamos dejar en el aire la eterna pregunta sobre si realmente vale la pena dedicarse a la escritura, puede que la cuestión final sea, si existe suficiente gente interesada en leer y comprar libros como para que escribir sea realmente una actividad medianamente rentable.
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