20.000 personas en el Spring Festival, el habitualmente desértico Monte Tossal repleto de gente atraída por el Alacant Desperta, las actividades de homenaje a las víctimas del fatal bombardeo del 25 de mayo de 1938, el comienzo del Festival de Cine, el ciclo Mayo Negro, las exposiciones, Barrence Whitfield, Smoking Souls y los otros conciertos… cuando la cultura bulle la ciudad despierta, y este fin de semana ha sido una demostración inequívoca de que las artes son un motor económico mucho más efectivo que la chavacanería de tardeos, los desfiles privados de belleas y otras milongas que muchas veces se venden desde instituciones, empresas privadas interesadas y otros agentes económicos que hacen sus mediciones de efectividad de forma subjetiva.
No sabemos si habrá un dato real de lo que ha pasado en Alicante este fin de semana, pero la sensación es que la diversidad se ha dado cita en la calle y que de ello han salido beneficiados los bares, los restaurantes, los comercios, los hoteles, los «alquiladores» de camas encubiertos… y, obviamente, la ciudad como tal.
Es cierto que que el Madrid haya jugado la final de Champions ha podido influir, también, y quizá la única pega es la reafirmación de que esta ciudad tiene propuestas suficientes para repartirlas mejor por el calendario, para que, como ha pasado este fin de semana, eventos como el Spring Festival y el Alacant Desperta sumen «alicantinidad» en lugar de restarse clientela.
Nosotr@s que nos pasamos la vida en la calle, midiendo datos de participación, pulsando opiniones, contando asistentes… nos hemos dado cuenta de que desde el acto de las 12.00h en el Mercado de Alicante, hasta las últimas horas del domingo, Alicante ha sido un hervidero de curiosidades encontradas y lo único que nos da pena es que no haya un concepto de ciudad lo suficientemente estable, como para que nuestros visitantes no divaguen perdidos como si en el «cuadrado comercial del Centro» no hubiera alicientes suficientes como para entretenerse.
Si esos que luego van a Fitur a vender sol y sangría se hubieran dado una vuelta por las calles de Alicante estos últimos días, se hubieran dado cuenta de la necesidad que tenemos de un «label» del arroz (para que no te den gato por liebre), de una incitación a probar los vinos de Alicante, de difundir listas de restaurantes donde consumir productos alicantinos, de hacer publicidad de museos, monumentos, auditorios y rincones de interés y de mejorar la imagen que vendemos al exterior en cuestiones de limpieza, civismo, comportamiento ciudadano y organización.
Más que chovinismo, hacen falta interconexiones, puntos de partida comunes y cambiar el concepto tradicional de la competencia por una marca de calidad reconocible en la que, entorno a un evento cultural semanal, se alíen comerciantes, políticos, ciudadanos y turistas. Luego podemos sumarle el sol, la playa, el tardeo, las Festes o lo que os dé la gana, pero echamos en falta inversión para ordenar este desaguisado de fechas coincidentes, menos disputas entre el Ayuntamiento, la autoridad portuaria, la Diputación y la Consellería y, sobre todo, capacidad para, entre tod@s, saber vender este desaprovechado producto como es debido. De nada vale gastarse un pastón en un buen producto si luego no lo sabemos difundir.
Ciudades con sol e infraestructura hotelera hay muchas, referentes culturales, en España, no hay tantos y quizá Alicante esté capacitada por Agenda, por propuestas y por centros culturales y lugares de interés, para atraer a los turistas que no vienen porque desde fuera esto parece un páramo caracterizado por la mediocridad y las estafas generalizadas.
Quizá a algun@s no les interese, o tal vez sea que, simplemente, no se han enterado, pero nos gustaría que los mismos datos que se sacan del gasto medio de un crucerista, se sacara el consumo de un/a festivaler@, porque sólo con la entrada, la comida y la noche de hotel ya se han gastado más de los 40€ de media que, según decían los diarios locales la semana pasada, se gastan los turistas de cruceros.
Ya que hay una inversión publica en ayudar a que los «festivales» se desarrollen o a fomentar la cultura, habría que trabajar, también, como publicitarlos y como aprovechar la influencia que pueden llegar a tener en el desarrollo de la ciudad. Sin difusión y sin orden, de poco vale tener capacidad para ser referentes de algo. He ahí el punto de partida del futuro, no es una cuestión de vender bicocas, sino de saber utilizar los recursos que ya tenemos. Ser capaces de hacerlo nos hará crecer. No hacerlo, nos seguirá dejando a la cola de ese sector turístico que genera ingresos, trabajos, imagen y todas esas cosas que Alicante hace mucho que necesita mejorar.
Es una cuestión de visión global y de mirar al futuro, en lugar de, como siempre, buscar la inmediatez del hambre para mañana y la mala costumbre de mirar, siempre, a otro lado. Nosotr@s, mientras sigamos vivos, seguiremos aportando cosas: como el amor por lo alicantino, conformando un archivo de artistas, divulgando los eventos interesantes… ¿y vosotr@s?
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