Tras muchos dimes y diretes, y más de 18 años de paralización, el pasado jueves, la Comisión de Urbanismo aprobó por unanimidad el Programa de Actuación Integrada de la Unidad de Ejecución 2 del sector Benalúa Sur, o lo que es lo mismo, las fábricas de Harinas Bufort y Cloquell pasarán a ser de propiedad Municipal
Se habla de dotarle de un «uso múltiple» que pueda ir desde dependencias municipales a usos culturales, que es lo que nos atañe a nosotr@s, o deportivos.
Repasando las promesas de este tipo en los últimos años, nos encontramos con decenas de edificios que están, supuestamente, destinados a uso cultural. Enumeremos:
- La Británica
- El Edificio de la Misericordia
- La vieja Estación de Autobuses
- El Cuartel de la Guardia Civil
- El auditorio sin uso del Tram del Mercado
- La Finca Benisaudet
- La (no) Casa del Teatro del Castillo de San Fernando
Sumémosle los Centros Sociales de Benalúa, Isla de Cuba, Pla-Carolinas… las Bibliotecas, el MACA, el Teatro Principal, Cigarreras, El Castillo, los Conservatorios de Danza y música, la Lonja del Pescado, el Palacio del Portalet, El Centro 14, El CentroMunicipal de las Artes… más los «locales culturales» que no pertenecen al Ayuntamiento: El aula de Cultura, la SEU, el Arniches, el ADDA, el MARQ, el MUBAG, la Casa Bardin, la Casa Mediterráneo… más los escenarios al aire libre (concha de la explanada, Lo Morant, Lo Marjal, la Cochera de Babel, el Puerto, la Plaza de Argel…). Más los casos sin cerrar del Ideal y el Astoria.
Y seguro que se nos olvida alguno…
Como veis, edificios y espacios sobran. El problema es que no ha habido un plan de gestión cultural para dar a cada uno de ellos una utilidad, un personal encargado o un presupuesto.
Lo obvio, es que con poco más de un millón de euros de presupuesto (raquítico para una ciudad con tanto que mantener y más de 300.000 habitantes) poco se puede hacer. Pero, por otro lado hay cientos de agentes con ideas y necesidades, que más que dinero, necesitan espacios e igual habría que replantearse ceder algunos de estos para la autogestión, la gestión mixta, o incluso la posibilidad de buscar presupuestos privados (como se ha hecho en el Puerto) que sufraguen la parte que con ese ridículo millón de euros no se hace y se convierte en una simple cuestión de cumplir expediente o generar titulares que lo único que hacen es crear unas expectativas que luego no se cumplen.
Y no, esto no es un reproche, sino un intento de fotografiar la realidad de Alicante. Una ciudad a la que se le pueden criticar muchas cosas, pero la falta de imaginación no es una de ellas, como demuestra la cantidad de propuestas que tienen éxito con menos medios de los que merecen (Atiende Alicante, Alacant Street Food Market, Photoalicante, Abril en Danza, Circarte, Festitíteres…) y las que murieron por falta de apoyo económico real (como El Eat My Soul o los artistas que tienen que emigrar por falta de sitios donde crear o exponer su talento).
Por lo que, si no hay dinero, lo que hay que hacer es dialogar para buscar un consenso: En Cigarreras, en las Harineras y en todos esos edificios que acumulan telarañas mientras los agentes culturales reclaman espacios para llevar a cabo sus proyectos y poner en práctica sus ideas.
Información complementaria de las Harineras
En 2019 se presentó la primera versión del programa y tras su exposición pública, se recogieron más de veinte alegaciones en su mayoría relacionadas con la conservación de los inmuebles dado el valor arquitectónico de los mismos. Ambos edificios son obra del reconocido arquitecto Miguel López González, constituyendo destacados ejemplos racionalistas de la escasa arquitectura de carácter industrial de la ciudad de Alicante. En este sentido, se descarta el derribo total de los edificios, ya que supondría una agresión al patrimonio arquitectónico de la ciudad, por lo que se propone a su incorporación al Catálogo de Protecciones de Alicante.
El estudio técnico recoge 19.600 metros de techo construido que pertenecen a los urbanizadores mientras que el Ayuntamiento tendrá 5.000 metros aproximadamente que se corresponden con la extensión de los edificios de harineras. En el acuerdo alcanzado, además se contempla la cesión de 9.000 metros de edificabilidad añadidos a los propietarios como compensación por el traslado de su actividad. Los propietarios son Harinas Cloquell SL y Bufort Urbana SL que se convertirán en agentes urbanizadores.
El Programa de Actuación Integral tendrá que ser aprobado en el siguiente Pleno Ordinario del Ayuntamiento de Alicante.
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