A veces l@s políticos tienen buenas ideas, y más allá de aburridos y repetitivos mítines, fotos previsibles y riesgo nulo, se animan a organizar iniciativas como juntar en un local cultural a unos cuantos artistas, gente con ganas de decir cosas y personas con paciencia y ánimo para escucharlas.
Y así, en pleno abismo de la libertad de expresión, las siglas pasaron a un segundo plano y la reflexión deambulo por la mitad de los ideales en desuso, los casos particulares y los porqués que todos sabemos, menos los que cobran para detectarlos.
El Clan Cabaret estaba lleno de militantes de la vida, sin carné, tratando de redefinir el criterio de la libertad en el mundo actual. Hay conceptos como democracia, convivencia y respeto que han ido volando, a medida que la susceptibilidad de la gente ha ido creciendo y los diccionarios se han cambiado por definiciones impuestas no aceptadas por la mayoría. Hay raperos condenados, twitteros tildados de terroristas… no son buenos tiempos para la ironía ni el sarcasmo. Pero sí que está de moda la mediocridad y el insulto. De ahí que de un remanso de inquietudes, la conclusión sea evidente: sin respeto no hay libertad, y sin libertad no hay discusión. ¿y a quién no le gusta que no haya discrepancias? Pues eso.
Yo siempre he creído que todo parte de una educación de calidad. En el colegio y en la calle. Aprender a convivir, aprender la importancia de la igualdad, entender que las cosas que se pretenden cambiar requieren paciencia y que un debate no es más que un intercambio de impresiones, un cambalache de expresión, un toma y daca de libertad, en definitiva: la reciprocidad.
Una hora de libertad no cambia el mundo, pero dibuja un nuevo camino. Lo malo es que l@s que no estuvieron allí, seguirán ignorando, seguramente, que toda libertad requiere una lucha, porque una cosa es lo que heredamos de nuestros abuelos y otra, muy distinta, asumir que ese usufructo no hay que renovarlo.
Después llegó la poesía, la música, la reivindicación fluyendo en una mesa de debate transformada en escenario: Nelo Curti, Alfonso Copé, Boris Garcés, Syla y Nexa. Y debajo, unas cuantas cervezas y más opiniones diversas encontradas.
Quien vive cohibido vive a medias por eso los narcóticos nunca debieron considerarse una opción para paliar este virus. Todo lo contrario, es hora de despertar y mirar lo que nos rodea. Si lo vemos con el prisma correcto, acabaremos viendo el camino que nos devuelva la libertad. Porque la vida sin ataduras y amenazas siempre fue más divertida. Aunque no a tod@s les guste que nos divirtamos hablando…
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