Muchos de vosotros no entendéis que en una web cultural se hable de política. Lo consideráis innecesario, porque, seguramente, en vuestras realidades no os toque lidiar con «nuestros representantes públicos».
Todavía hay quien cree que nos ciega la ideología, o que zurramos más a unos partidos que otros… pero la realidad es que, si nos molestamos en criticar, precisamente, lo hacemos porque existe una necesidad de mejora en muchos aspectos de nuestro trabajo que exigen un conocimiento y una implicación que los cargos electos (y quienes les rodean) no siempre tienen. Y cuando, cobrando los sueldos que cobran, muestran una total indolencia y una falta de apego por los profesionales del ámbito que les atañe, el enfado es innevitable, igual que la necesidad de hacer pública la queja, que ellos ignoran .
¿Os habéis planteado por qué, con la que está cayendo, ellos siguen cobrando íntegro su sueldo mientras a los autónomos nos suben la cuota, aunque no tengamos ingresos, o los pagos de los ERTEs no llegan? ¿Qué os parece que alcaldes como el de La Nucía o El Verger se crean por encima del bien y del mal y se vacunen por delante de vuestros padres o abuelas? ¿Que sienten los hosteleros cuando se les ignora? ¿Y los sanitarios en primera línea cuando no escuchan sus peticiones y siguen tomando decisiones sin tener en cuenta la realidad?
Pues eso. Inevitablemente, la política entra en juego, aunque no lo queramos.
Y sí, hay políticos buenos y malos, igual que periodistas, médicos ó cocineros. A los buenos, los aplaudimos, pero la crítica está para hacer visible un problema. Y en la cultura hay demasiadas cosas que cambiar, por eso es inevitable tener una sección de opinión que diferencie a los zoquetes de los que se esfuerzan en hacer lo mejor por sus poblaciones. Para ensalzar a los que arriman el hombro, en lugar de creerse por encima del bien y del mal. Los que entienden que cada trabajo tiene unas peculiaridades y que hay que tratar dignamente a cada uno de los profesionales que componen un sector. Y, sobre todo, para ayudar a todo el mundo a empatizar con la situación de quienes les rodean.
¿Os jode no poder trabajar? ¿Y que si lo hacéis no lleguéis a los mínimos de dignidad para llegar a fin de mes? Pues seguro que ahora entendéis mejor como es la vida de los profesionales de la cultura. No por la Covid-19, sino por todas las cosas que están por hacer y que, nosotros, por si acaso, nos encargamos de recordar, de vez en cuando.
Como vosotros en vuestras redes sociales, pero con más de 100.000 lectores mensuales.
Chaplin, Dario Fo, Bertolt Brecht, Fernando Fernán Gómez, Luis García Berlanga, Jose Antonio Nieves-Conde, Shakespeare… lo hacían.
La cultura que no aborda la realidad de su tiempo acaba siendo irrelevante y, a menudo, olvidada. De hecho, eso es lo que distingue a menudo la cultura del «ocio».