Hacer una obra en una web, es como releer lo que han sido tus últimos años. Lo que ha cambiado el mundo y lo que has cambiado tú.
Pones en una balanza la parte del proyecto que sobrevive y la que ha muerto por el camino. Y puedes hasta reflexionar lo que ha influido en tu vida dedicarle 9 años íntegros a una ciudad, a un territorio árido, que en general, y por mucho que te esfuerces, sigue estando sucio, en muchos sentidos, y pecando de sordera, ante los problemas que requieren el punto de crítica, que te frustra no haber sabido aportar del todo.
Veo lo que me ha enfadado eso, y como he descrito el enfado. Lo que me ha frustrado la indiferencia y la irrelevancia de unos números de visitas, que aún creciendo cada año, nunca se han correspondido con la cantidad de esfuerzo, las arrugas y la parte de vida que he perdido para ser una especie de diario de la realidad socio-cultural de esta provincia.
Mi público, como yo, se ha hecho mayor. Pero por desgracia, se ha sumido en esa prisa que te impide digerir las partes buenas de cada momento, de cada repetición y de cada éxito.
También es verdad, que el menú de lo ofrecido es de tal calibre, y tan variado, que me ha dolido comprobar que el 99% de la gente, no es consciente de todo lo que habría podido ser, si en vez de solo, esto lo hubiera hecho más, o mejor, acompañado.
Quizá haga un libro recopilando artículos, reflexiones, partes vivas y muertas de lo que somos… o algo así. Pero , ni siquiera así, creo que pueda hacer entender que en 9 años he escrito más de 8.000 post, entre artículos, noticias, crónicas y retratos, sin contar publicaciones sueltas en redes, los más de 50.000 eventos que han pasado por la agenda y todas las fotos y radiografías de personas, que me he quedado sin poder hacer por falta de tiempo.
El tiempo dará el valor a todo esto. Quizá yo le esté dando más que el que en realidad tiene, o, al revés, en ciertas cosas, puedo estar quedándome corto, porque forma tanto parte de mi realidad, que no soy consciente de que, en realidad, yo sólo soy un instrumento, al que se le da bien describir lo bonito y lo feo que tiene el interior de Alicante, de su cultura, de la desidia de la gente y de la luz, sí, pero intermitente, de quien la ve todos los días.
El show debe continuar. Cambiaremos de nombre, corregiremos errores y seguiremos luchando por no estar solos, viviendo, a poder ser, un poco más dignamente.
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