Si alguna vez os han prohibido trabajar con música entenderéis el significado de aquella frase de Nietzsche: «sin música la vida sería (y es) un error». Evidentemente, las razones de la prohibición serán de seguridad. Pero, en lo referente a la productividad hay muchos estudios que corroboran la importancia de la música como acompañamiento de tu tarea.
En unos casos sirve para que no te duermas, por ejemplo si trabajas de sereno. En otros adereza tu concentración y en la mayoría de los casos es un motivador más eficaz que todos esos libros de autoayuda que dicen que se leen en las oficinas de Recursos Humanos.
He aquí unos cuantos ejemplos de eficiencia y de mejora de la salud mental y el estado emocional. Lo dijo David Lewis, neuropsicólogo, experto en neuromárketing. «Los sonidos melódicos ayudan a motivar la secreción de dopamina en el área de recompensas del cerebro, las canciones instrumentales ayudan a la concentración, las que te gustan, eliminan el estrés y hay otras emociones positivas, como la euforia, la alegría, la excitación, la relajación y la tranquilidad que se le atribuyen a la música».
La clave es saber diferenciar el tipo de música adecuado para cada momento. Por ejemplo, en los trabajos que requieren movimiento, lo recomendable es el Rock Clásico, el Hard Rock o incluso el Heavy Metal.
Por el contrario, en los trabajos relacionados con la atención al público, por ejemplo tiendas (que apunten los de Inditex) es conveniente evitar los ritmos pesados y los volúmenes elevados. La música pop, o clásica, es el mejor compañero para tenderos y trabajadores que van al volante (taxistas, camioneros, conductores de autobuses…).
Para el gimnasio, aunque algun@s se empeñen en el bacalao barriobajero, lo que más alto mantiene tus niveles de energía es el punk y el punk rock, o el hip hop repetitivo.
Y si trabajas sentado, de secretario, empleado de cálculo, o similar, te convienen los ritmos repetitivos: desde música clásica, hasta el techno, pasando por el jazz.
Sin embargo, para los creativos, se recomienda la música barroca o ambiental. Pero tratándose de inspiración, cualquiera sabe…
Curiosamente, el reggetón no aparece en ninguno de los 5 estudios que hemos leído al respecto. Debe ser que no es bueno: ni trabajar de mala leche, ni generar malos rollos con tus compañeros de trabajo…
Os dejamos el más completo de los estudios, está en inglés, porque saber idiomas es casi tan importante como la música para rendir en tu vida laboral. Y sino, siempre estará la radio, aunque quizá genere tensiones éso de elegir emisoras y dejar al descubierto determinados gustos y fobias de los integrantes de una plantilla.
estudio de productividad con música
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