Síntesis periodística:
Esta mañana se ha presentado «Nexos» la nueva obra de la Jove Companya d´Alacant. Un espectáculo dividido en tres partes, coreografiadas independientemente por tres de los bailarines más representativos de la escena alicantina: Asun Noales, Sol Picó y Gustavo Ramírez.
La segunda obra de la Jove Companya se representará el próximo domingo 13 de mayo, a las 19.00h, en la Casa de Cultura de Sant Joan y próximamente en La Casa del Mediterráneo, L´Escorxador (Elche) y el Teatro Principal de Alicante. También podéis ver un pase previo, y abierto, este miércoles, a las 12.30h en la Casa de Cultura de Sant Joan.
(este es, más o menos el espacio que me cedían en el periódico… )
El otro lado de la rueda de prensa
Normalmente, esta serie de actos institucionales son una castaña pilonga: un concejal/concejala con un guión escrito en dos minutos, busca una foto fácil «cultural», un autor/artista que vende su producto y un par de periodistas con ganas de salir corriendo cuanto antes.
Hoy no ha sido así. Porque lo que había empezado como una sucesión de «gestos comerciales», se ha convertido en la reivindicación de la Danza Alicantina, y entre la explicación pormenorizada de lo que es la profesionalidad en el mundo de la danza que ha hecho Asun Noales y la sinceridad de Gustavo Ramírez buscando la complicidad de l@s periodistas presentes, nos ha quedado claro que, como en el resto de disciplinas artísticas de la terreta, la precariedad es el puto mal endémico de la Danza, por no hablar del menosprecio de los que se creen que ésto, también, es un hobbie.
Francesc Sanguino y Clara Rodríguez (el resto de protagonistas institucionales no han venido) han empezado hablando de la importancia de «mancomunizar» la cultura. Un buen punto de partida, porque es obvio que Alicante es más fuerte como provincia que como ciudad. Sin implicación de las instituciones poco hay que hacer (os lo dice alguien que lidia una guerra parecida con 0€ de financiación de los estamentos públicos, y no porque no la haya pedido…). El caso, es que los ayuntamientos/diputación/Asociaciones/empresas que se desgravan una pasta a través de la cultura, tienen la panacea: el dinero (que lo hay, aunque lo malgasten) y los lugares: teatros, casas de cultura, permisos callejeros…
Esto no es nada nuevo, porque es una lucha de siglas, abierta desde 1978 (más o menos)…
Luego están las propuestas, que, por lo que ha explicado Asun Noales, no faltan: Abril en Danza, Alacant a Escena, las ofertas del Conservatorio, los grupos de Danza… Tenemos nombres de relumbrón como los 3 coreógrafos de la obra presentada hoy y gente con talento (como pasa en todas las disciplinas) que emigra, a tomar por culo, no porque no tenga aptitudes, sino porque aquí no le hacen ni puto caso o, porque aquí, simplemente, no hay forma de vivir dignamente de la danza.
La diferencia con el resto de «las artes» es que existe una Jove Companya (los junior), compuesta por gente de entre 17 y 27 años que desde hace un año tienen una motivación para volar, ya no sólo por formar parte de un grupo exigente, sino porque, de repente, hay una estructura con aficionados, profesionales y referentes. Y ¿qué pasa cuando esto ocurre? que las ideas fluyen, que se producen obras, que los errores de principiante se subsanan, que los miedos y los agobios se frenan y que, de repente, el futuro deja de ser una utopía y el presente: ILUSIONA.
Yo no soy un especialista en danza, pero los problemas tienen el mismo apellido, y procedencia, que en el teatro y en la música: el pasotismo institucional, la precariedad, el elitismo del público, la falta de oportunidades… es curioso que hoy, al menos, en una rueda de prensa cualquiera, en el Museo de Aguas de Alicante, todas las dificultades se hayan aplacado con algo tan simple como la unidad, una previa del reconocimiento y que, al menos en este caso, está sufragada en gran parte por dinero público.
Francesc Sanguino y Clara Rodríguez, cada uno desde sus posibilidades, han asumido el reto, veremos si son capaces de sumar fuerzas o, como pasa en estos casos, se los acaban cargando por dejar en evidencia a todos los demás.
Para todo lo demás nos quedamos con el nombre que se les ha ocurrido para empezar: «Nexo», el sinónimo de nuestra manida búsqueda de «sinergias» que se abre en un maravilloso mundo llamado DANZA ALICANTINA.
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