Mónica Oltra se ha vuelto a meter en «un fregao» por opinar abiertamente de algo que muchos llevamos tiempo debatiendo: «El turismo de unos pocos».
Así leído, con la grandilocuencia del titular en la que muchos medios se han especializado, suena despectivo y la HOSBEC (y otros personajes políticos como la vicealcaldesa que se aburre) se han apresurado a pedir su dimisión.
Yendo más allá, uno indaga un poco y entiende que las declaraciones de la flamante Vicepresidenta de la Comunidad Valenciana no pretenden otra cosa que evidenciar que podríamos aprovechar este momento de tensiones bipolares y pataletas personales, para cambiar un modelo basado, en parte, en ofrecer más barato y con sol asegurado, lo mismo que los demás.
Objetivamente, ahora que países como Egipto pueden volver a ofrecer casi lo mismo, y que con los vuelos Low Cost somos muchos los que experimentamos la sensación de conocer otros mundos, quizá habría que plantearse que somos mucho más que sol y playa. Primero reconociendo los errores que, por ejemplo, han convertido la imagen de nuestras costas en un esperpento visual y, tal vez, aprovechando para democratizar los beneficios señalando a los especuladores y dignificando la labor de las Kelis, los camareros sin días libres, o los becarios que algunos hoteles utilizan a su antojo, en lugar de ponerle la alfombra roja a los cruceristas, los capullos de las despedidas de solteros o los guiris que luego se quejan de que no hay un ambiente lo suficientemente británico… en España.
Una cosa es que a Benidorm le haya salido bien la jugada, y otra que todo el mundo quiera copiar ese molde, que, por cierto, lleva detrás una infraestructura mucho más desarrollada de la imagen cutre que algunos pretenden darle a la ciudad de los rascacielos, que aparte de turismo de clase media e Imserso, alberga festivales, congresos, turistas de medio mundo y viajeros de alto standing.
La comunidad tiene atractivos que van más allá de la foto de una playa repleta de gente. Somos referentes en Gastronomía, podríamos serlo de cultura con todos los equipamientos de los que disponemos, Fiestas atractivas, Alicante es la tercera provincia más montañosa de España y sí, también tenemos luz en el cielo, opciones abiertas para el emprendimiento, castillos, historia… y un zurrón de cosas que pueden hacer factible que esa especulación y el beneficio de unos pocos llegue también a los trabajadores, a los medios de comunicación, a las empresas locales, a los creadores/artistas locales, al comercio de proximidad o al residente (que ve cómo todo se inunda de guiris borrachos y apartamentos turísticos que encarecen el precio del alquiler).
En fin, que quizá, más que retractarse, Oltra debería matizar su afirmación. como hizo ayer en La Ser. Otra cosa es que los cerrados de mollera, que luego van a Fitur sin nada que ofrecer, quieran escuchar otras opciones…
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