Texto y vídeo: Victoria Lourdes.
Escribir sobre un concierto más de un mes después de haberlo vivido… Es raro. Pero es lo que me ha costado digerir todo lo bueno que viví viendo a TéCanela en la Sala Euterpe.
Sobre las sensaciones que me produce un evento musical de estas características, se han colocado un montón de trabajo, experiencias y rutinas, que ocultan lo vivido en la sala Euterpe el pasado trece de noviembre.
Pero… No todo está perdido. De hecho, la evocación de lo vivido, le da un toque, si cabe, más divertido al contexto. Recuperando los vídeos, seleccionando y montando el vídeo resumen, ha resurgido toda la energía, las risas, el «buen-rollismo», la sensibilidad, el entusiasmo, la conciencia.
Yo soy muy fan, y iba con las ganas abiertas de par en par, pero creo que no fui la única, porque Ari y Jano, TéCanela, nos hicieron reír, cantar, emocionarnos y hasta balar (sí, sí, balar, compruébalo en el vídeo) a todas con sus canciones llenas de folclore, mestizaje y emoción.
Personalmente, mi maravilla la expresividad de Ari. La música no sólo le sale de la garganta. Es como si tuviese el cuerpo a rebosar de música, como si ésta necesitara salir, y lo hiciera a traves de sus manos, de cada parte de su cuerpo, de cada gesto… Es hipnotizante. Y poder verla junto a Jano dos veces en el mismo año, es toda una suerte.
Dos fechas hicieron en Euterpe, ambas con aforo completo, y eso… ¡Me alegra TANTO! Vienen del mundo de canción de autor en el que a menudo veo tanto talento, y tan poco valorado, que encontrar un proyecto como este me resulta de lo más gozoso, ilusionante y esperanzador.
¡Ojalá vuelvan pronto!
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