A mitad de camino entre una obra de teatro decadente, una jota asturiana y el eco de una cueva perdida en mitad de los picos de Europa, canciones como «Mis animales» o «la paz de los justos» adquieren una violencia que asusta y a la vez abre tu mente a la realidad del mundo que, aunque pisamos, a veces no tenemos conciencia de sobre qué estamos poniendo nuestras zarpas. Quizá deberíamos ponernos descalzos, como Sara, sentir lo que hay bajo nuestros pies, entrar en el bucle de un violín con una cuerda rota y el grito de un punkie poeta con puñados de locura contagiosa por esta España que pierde los dientes, pero que aún tiene lengua para expresar lo que nos inquieta y lo que nos gustaría cambiar antes de llorar a moco tendido sobre la tumba de LeninFue todo tan anárquico que no nos dio tiempo a echar de menos lo de cascar las patas de un cangrejo, quizá esa noche la hermosura fuera menos evidente, o no fuera imprescindible tirar de hits para hacernos disfrutar. Un monólogo, una parte de teatro y la distorsión eran aliciente suficiente para darse con un canto en los dientes.
Y más si antes de tanta oscuridad, nos dimos de bruces con la luz de Monserrat y su nuevo single… sí sí, que aparte de ropajes de otra época, Rafa, Pablo y los javieres han sacado un disco a la antigua usanza, con cara A y cara B incluidas. Suena un poco a Sidonie eso de «Brillar» y pega de puta madre con la chaqueta marrón que el cantante se puso para el estreno. Además, nos encanta eso de que el producto autóctono tenga cabida en esto del Atiende Alicante.Está bien eso de recordar años pasados, repasar el nombre palíndromo de la chica, rehacer puzles o elegir tu propia aventura y que el miedo te deje en mitad de un teatro lleno, una noche de viernes de carnaval, en el que más que de Bowie o de las princesas de Frozen, te dé por enmascarar la rutina con un poco de buena música y una gran escapada, en la que aparte de no dejar de caminar, podamos seguir imaginando el suelo por el que queremos andar.
Fue todo tan redondo, que clavaron 10canciones y en la hora escasa que estuvieron recordándonos porqué les echábamos tanto de menos, nos dio para ratificar que Alicante mola, de muchas maneras, en una plaza con demonios, una rambla con dj´s de gusto pésimo, en bares llenos o en un teatro llena de gente con ganas de otro tipo de fiesta.
En la siguiente cita del Atiende Alicante, nos vamos a Portugal con Pega Monstro: el miércoles… ¿Preparad@s?








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