Segundo proceso de selección en menos de un año, que nos deja como nueva presidenta del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert a Pilar Tébar, quien será la undécima persona que regenta esta responsabilidad desde que en 1953 se constituyó la institución. 9ª desde que lleva el actual nombre.
A la convocatoria se presentaron trece aspirantes y da la sensación de que, esta vez, «los jueces» han estado más atinados en la designación que cuando, hace unos meses, eligieron a María Teresa Pérez Vázquez. Más que nada, porque si se trata de modernizar el Instituto, es necesario un punto de militancia en el día a día de la actualidad cultural de la Provincia de Alicante y Pilar Tébar, aparte de comisariar muchas exposiciones u ostentar el cargo de presidenta de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte, es una persona que no va a necesitar un periodo de adaptación al medio, porque ya pertenece a él. No obstante, fue subdirectora del departamento de Arte y Comunicación Visual y directora del departamento de Revistas del IAC entre los años 2007 a 2015.
Ahora solo falta que esa experiencia acumulada sirva para transformar una Institución que debería vertebrar algunos de los puntos de unión entre artistas, público y la templada, culturalmente hablando, Diputación de Alicante.
Es de prever que el arte ocupará un lugar privilegiado en el nuevo proyecto. Pero convendría abrir puentes entre el Ayuntamiento, la Universidad (y el reparto de actividades entre la SEU y la Casa Bardín), la Casa del Mediterráneo y la propia Diputación.
Desde fuera el IAC Juan Gil-Albert se ve como una sucesión de repeticiones, que ensalza a nombres determinados dejando de lado la actividad presente y los mimbres del futuro que se cuecen ahora mismo en la Provincia. A veces, el exceso de Diplomacia, deja en standby la manida modernización, porque como decía Einstein «No esperes resultados diferentes, haciendo siempre lo mismo».
Hoy iba a haber una rueda de prensa, pero se ha suspendido, por lo que, a la espera de respuestas más concisas, nos quedamos sin saber más detalles del proyecto, el equipo con el que contará Pilar Tébar o la opción de saber si podemos atisbar un principio de luz para que SEU, Casa Mediterráneo, lugares gestionados por el Ayuntamiento y Casa Bardin sepan coordinarse y entiendan que, por desgracia, aún no se ha inventado el don de la ubicuidad, algo que lamentamos mucho los que nos interesamos por la cultura y nos encontramos con días saturados y vacíos de programación incomprensibles, y solucionables, con un poquito de diálogo.
Pero bueno, ahora mismo es tiempo de felicitaciones y márgenes para dejar que la nueva gestión empiece a notarse. Lo demás, os lo iremos contando cuando vayamos sabiéndolo.
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