- Banda Punk Sailor
- Día: 8 de febrero
- Lugar: Sala Euterpe (Sant Joan)
- Autora: Gema Over.
Aclaración previa:
Yo tengo una premisa cada vez que voy a un concierto, y es que para mí, un grupo (o un artista) demuestra si merece la pena en directo, encima de un escenario, y mientras menos parafernalia utilicen, mejor. Ahí las sensaciones valen más que las etiquetas o los gustos personales de cada una.
Así que si me ha dado por hacer esta crónica es porque me gustó lo que vi. Y si sirve para que alguien más se acerque a conocer a Punk Sailor, la siguiente vez que toquen… misión cumplida!
La Crónica
Cuando voy a un concierto me dejo en casa las expectativas. No es que no me fie de las opiniones ajenas, pero igual, en estos tiempos de Instagram, convendría recuperar las sensaciones de primera mano.
Según me cuentan mis amigos músicos, hacer versiones no es lo más satisfactorio del mundo, pero sí lo más apreciado por el público menos melómano. Para mí, los covers, requieren un toque diferente y Punk Sailor, hace las cosas de la manera más punkarra y guasona que esto puede hacerse.
Me fui con mis mejores galas a la Sala Euterpe, era mi primera vez allí (y no será la última).
Desde que entras te das cuenta de que es uno de esos bares donde la gente sabe apreciar la música. Si no trataran bien a los músicos no tendrían las paredes llenas de vinilos firmados por gente como Lichis, Santi Campos, Jamones con Tacones, Dani Flaco… y una tarima de esas que se echan de menos en otros sitios que dicen que «hacen conciertos».
El ambiente prometía: Estaba animado, pero no lleno. Se agradece poder respirar, la cercanía y que la gente que allí va, no es, como yo, la primera vez que va, sino que repite comunión, buen rollo y la posibilidad de descubrir cosas que no te cuentan ni en los 40 principales, ni en los carteles de esos festivales a los que va todo el mundo.
La cosa estuvo animada: Poca parafernalia en el escenario, buen sonido, mucha animación y ese toque que da repetir en un sitio en el que la gente vuelve a verte con recuerdos, sobre todo, de la que liaron en las últimas fiestas «del poble».
Por la gama de color de las prendas oscuras que predominaban en la sala, sin duda la gran mayoría éramos amantes del rock, punk o el metal.
Nada más el batería se subió a la tarima y empezó a salir humo del escenario (de las pocas pijadas que había), la gente dirigió la mirada al escenario y empezó a vitorear.
Desde el minuto uno, el grupo ya empezó con esa guasa que desprenden todas sus canciones, desde Te llamo (siendo esta una versión de Como yo te amo) hasta Con camisa (lo que provocó las bromas con los pocos que iban con esa prenda aquella noche), pasando por «La merienda de mi awuela», «Ardor verdadero», «Awuántalo», «Aleluya», «Si le gusta el sado o Gastroterrorismo»…
Casi tocaron sus dos discos enteros. El último «Comedia en cubierta» se podía conseguir después del concierto ya que venía incluído con el precio de la entrada). Ya ves, por cinco euros: música, humor, buen rollo y un disco ¿Qué más se puede pedir?
Pues un pogo… gente cantando las canciones de «pe a pá» y risas del público, incluida la mía, que como no me sabía las gracias, pues creo que fue la que más se divirtió.
Sin duda, con este grupo se pasa un muy buen rato, no solo por el componente humorístico en sus versiones, su estilo punk-rock fácil de escuchar, y que junto con el carisma de éstos, hicieron que pasara una buena noche disfrutando de buena música.
Repetiré, y esta vez, iré con camisa…
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