Pueden haceros creer que el dinero es lo más importante, o el amor, o tener amig@s, o la cultura… pero no, en realidad, el mundo se va a la mierda, porque los egoísmos y la vida pegado al móvil nos ha arrebatado la empatía, punto base para que una sociedad funcione como colectivo, porque no os engañéis, uno a uno, por mucho que en Youtube y en las películas os digan lo contrario, somos todos una pura mierda.
No sé si alguna vez os habéis visto en la situación de no tener ningún ingreso, o de tener un problema determinado que sólo puede resolver otra persona (y no me refiero a tu padre o a tu mejor amigo). El otro día, mientras todo el mundo se escandalizaba por el suicidio de Alicia, cuando iba a ser desahuciada en Madrid, yo pensaba en la cantidad de veces que en estos últimos cuatro años me he visto en una situación parecida: Plantarte ante un funcionario que te ningunea sin tener ni zorra idea de tu vida, no poder pagar un alquiler, no tener pasta para llevarte nada a la boca, vivir en un mundo hipócrita en el que la gente piensa que cuando no bajas a tomarte una cerveza es porque eres un rancio y no que, realmente, con tu cuenta a cero, beberte una birra no es una prioridad, o que tu ánimo no está para inventarte una película que no tiene visos de pasar.
Si todo sigue según lo previsto… Algún día escribiré un libro, sobre las puertas cerradas, la falta de ayudas, sobre lo que cuesta hacer un trámite, aprender a facturar sin que nadie te lo explique, aprender a lidiar con endiosados políticos, funcionarios, artistas, empresarios… amigos y familia, pensando porque este tío sigue adelante con esta locura a pesar de todo… ha sido, y está siendo muy duro perder miles de horas en gilipolleces que otros tardarían menos en resolver que el que pierden cuando te miran con desprecio. Yo nunca he pedido limosnas, ni nadie podrá decir que he tenido una mala forma, de hecho, a pesar de las circunstancias siempre he mantenido la educación.
Pero si algo he echado de menos en todo este tiempo es un poco de empatía. Algo tan simple como ponerte en el lugar del que tienes enfrente. Algo tan sencillo como si 1000 personas al día se quejan porque en tu web no hay una información relevante, la cambies en vez de retrasar dos días la vida de esas 1000 personas diarias. Algo tan simple, como un cartel, como una explicación, como un gesto amable, como: «entiendo que no sepas como va este galimatías, porque es simple, pero lo complican…» os habrá pasado en el médico, en el Ayuntamiento cuando tenéis que hacer un trámite, en las oficinas donde renuevan el DNI o en la Policía.
En cuatro años he visto in situ, un puñetazo de desesperación a un incompetente «trabajador» del SERVEF, he conocido a decenas de emprendedores con grandes ideas que han desistido en su proyecto por la puta burocracia, he oído gritos e insultos de todos los colores a inamovibles especímenes con plaza fija, he perdido horas y horas navegando en páginas públicas buscando información que, resulta que no estaba… he reclamado cosas que han atendido hasta seis meses más tarde… ¿sabéis lo largos que son 6 meses cuando te estás jugando la vida? es difícil tratar de diferenciar esa realidad diaria de tu ánimo a la hora de hacer artículos o crónicas, porque, al final, esa falta de empatía te acaba estresando, deprimiendo, te quita horas de sueño y, aunque disimule bien, se sufre.
Que el caso de Alicia y de otros que lo sufrimos cada día sirva de ejemplo a los que atienden al público y no sonríen, a los que cobran 14 pagas y no piensan que otros se las ve y se las desea para juntar 500€ en un mes, a los que paseamos por las calles sin mirar a los que pueblan las esquinas como si fueran invisibles. Es simple: ponte en su lugar, deja que la empatía te posea antes de que la Navidad la desvirtúe, deja de generalizar… y te sentirás orgulloso de contribuir a que mañana, la sociedad sea un poco mejor que hoy.
Hola, buen día desde Medellín, Colombia!
Que chévere este artículo!! Me gustó demasiado y felicito a su autor!!! *:)