Esta mañana se ha presentado la programación de otoño del Teatre Arniches. Como siempre, dos mujeres en la mesa: Raquel Tamarit (secretaria autonómica de Cultura y Deporte) y Alicia Garijo (Delegada del IVC en Alicante y directora del teatro). SOM FEM, delante y detrás de los focos.
El titular elocuente de la rueda de prensa era que en los próximos 6 meses podremos ver 100 espectáculos (contando las pelis de la Filmoteca) en El Teatre Arniches. Y luego han ido desvelando la programación que haremos pública cuando mañana, al mediodía, se presente la Muestra de Teatro.
Las cinco diferencias
Desde la silla, en la rueda de prensa en valencià, uno iba haciendo una comparativa mental entre lo que vivimos hace una semana en la presentación de la programación del Principal y ésta. Y la conclusión es que el Yin y el Yang de la cultura de la ciudad de Alicante podrían ser antónimos, que no enemigos.
¿Programan? sí. ¿Son teatros? también. Pero en todo lo demás, no se parecen en nada. Y eso que una tercera parte del Principal pertenece a la Generalitat. Vamos que, aunque quede en casa, y siempre muestren públicamente sus buenas intenciones, cuesta más ponerse de acuerdo cuando hay que convencer a otras 2 partes, y a una subdirectora que hace lo que puede.
Para empezar, en el Arniches hablan de dinero. Sin deuda, ni necesidad de grandes reformas a la vista, parten de un presupuesto de 475.000€ (para contratación, personal y difusión). Un 19% más que el año pasado, y eso sin contar el pastón que se gastaron en montar la primera edición de FRESCA! En el Principal no sabemos lo que gastan, ni cómo lo gastan, o al menos, se tratan de omitir las cifras, entre otras cosas porque todos dicen poner mucho, pero en privado no hay más que críticas cruzadas que ayudan poco, como demuestra que estando en la misma mesa representantes de los tres dueños, tengan que esperar a una reunión por Zoom.
La segunda gran diferencia se observa en el tipo de programación. Mientras que en el Principal sólo hay una obra producida en la Comunidad valenciana, el Arniches abre la puerta a Cactus teatre, el Col-lectiu Intermitent, Esclafit Teatre, Enclavados, Paloma Castelló, Marea Danza…. Tamarit se vanagloria, con razón, de acompañar al sector cultural local. De hecho, venía hinchadita y se ha permitido decir que el Arniches es el buque insignia de la apuesta por enriquecer culturalmente a la ciudad de Alicante.
Aquí entran los trazos de actuación. Porque es obvio que las apuestas del teatro de la Avenida Aguilera son bastante más arriesgadas que las del Principal Nuevos lenguajes, 6 espectáculos de danza, una firme apuesta por crear criterio con obras dirigidas al público familiar… contra zarzuelas, óperas, grandes nombres, teatro clásico y el factor seguro del humor de gente como Berto Romero o Goyo Jiménez.
La transformación siempre llega de la transgresión Analizado fríamente, podría decirse que el Arniches intenta que cambiemos de perspectiva, que experimentemos, diversifiquemos, variemos nuestros conceptos de calidad… gráficamente, y en otro titular lo ha definido como que «la cultura cura». (habría que saber de qué estamos enfermos concretamente, no vaya a ser que la automedicación nos siente mal).
Pero volviendo a la comparación. La apuesta del Principal tiene más nombres contrastados, más gente que repite, menos riesgo y seguramente, mejores números de público. Quizá la medicina habría que suministrarla en el deprimente hecho de que con casi 400.000 habitantes, más poblaciones cercanas, todavía cueste llenar las 270 butacas del Arniches, o las 1072 del Principal (y para eso estamos nosotr@s, claro ?).
La cuarta diferencia vendría del cómo comunicar las cosas. Aquí Garijo le ha comido la tostada a Padilla, porque ha formado un equipo de comunicación (femenino) de puta madre. Y se nota en la escenografía, en los colores, en las fotos, en las notas de prensa, en la cartelería y, tirando para casa, en que no se gasta todo el presupuesto de difusión en medios «de antes».
Es obvio que por riesgo de sus propuestas, el Arniches tiene que hacer apuestas más potentes en difusión, hacer planes en redes sociales… y, además, no faltan descuentos, campañas escolares y un nuevo abono trimestral (13 títulos por 120€ o 7 por 70) buscando llamar la atención de esos (post) adolescentes, de hasta 30 años, que todos olvidamos.
Los precios de las obras serían otra diferencia a tratar. Pero obviamente, ahí es donde se nota apostar por lo consagrado o tener dinero que aportar para que la entrada no sea prohibitiva. Los nombres se pagan, o los pagan los que van al teatro a ver nombres sin indagar mucho más.
La post-data
Ahora, cuando, seguramente, algunos se estén cagando en mi por decir lo que muchos piensan y nadie dice, llega la hora de decir que estas diferencias sustanciales regalan riqueza cultural a la ciudad de Alicante. La semana que viene desvelaremos la programación del «Yung»: el Aula de Cultura de Alicante. A medio camino entre uno y otro. Y pronto llegará, también la cuarta pata del «perro», con las propuestas de la Universidad.
El tercer gran titular de la rueda de prensa, ha sido ver que, por fin, la Generalitat se ha puesto como firme objetivo comprar el Cine Ideal. Algo que, junto a lo que empiezan a aportar Las Cigarreras, el MACA, los gestores privados o Muelle 12, puede acabar de poner en el mapa cultural a la ciudad de Alicante. (Por cierto, VOTAD, no solo al Ideal, sino también a la Colonia Santa Eulalia, a la Casa Geralda, al reverdecer de Elche…).
Con todas estas cartas sobre la mesa, llegarán los peros, la política y esas mierdas que aparecen cada vez que escribo un artículo de este tipo. Así que como me vais a criticar igual, terminaré de quedarme a gusto, diciendo que lo que hace falta para acabar de rizar el rizo es un poquet de movimiento privado. Tenemos grandes gestores, pero todos viven apegados al sustento de lo público. Igual es hora de autogestionar espacios muertos (aunque haya que ocuparlos) o copiar fórmulas como las de la Sala Tramoya de Elche o el Micalet de Valencia, encontrar un Café Teatro con un escenario, saber qué va a ser del Clan Cabaret y Stereo después del Covid-19 y ver porqué no hay una apuesta firme por la creación y la constitución de sitios donde las más de 100 compañías locales puedan exhibir sus talentos sin depender de «papá estado». Y aquí, no me refiero a esos que se hacen llamar bares culturales.
Mañana os contamos los detalles de la programación…
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