Como alicantino de adopción, me indigna el concepto de turismo que las instituciones y algunos hosteleros tienen. Esta mañana, Mari Carmen Sánchez, nos había convocado a la presentación del día internacional del turismo.
El discurso ha empezado bien: «vender la cultura, el patrimonio, la gastronomía, la sostenibilidad y la seguridad de Alicante». Siguió, también, en una línea interesante de cooperación entre instituciones (Diputación, Museos, patronato de turismo, Costa Blanca, Generalitat… ) El discurso es muy bonito, y acompañado de una buena foto y de un periodista vago (o comprado), de algún periódico, puede ser portada, recibir miles de «likes» en Instagram y otras muchas cosas.
Pero cuando uno bucea por detrás del cartel, encuentra que, en realidad, no hay nada nuevo. Vamos, que todas las propuestas del próximo fin de semana, las puedes hacer cualquier finde del año (en verano, hasta con más frecuencia). Menos ir al Concierto de Revolver, que como no han vendido entradas, les van a regalar 100 a los turistas en la flamante nueva oficina de turismo, sin luz, del puerto (A ver cuando nos regalan algo a los autóctonos…).
En nada, Alicante City & Beach, me mandará un cartel, con algún filtro bonito y un rollito gif para tontos. Pero, oiga, dinero para promoción no hay, lo gastamos nosotr@s, que lo gestionamos cojonudamente, aprovechando que ya tenemos las visitas lógicas de los visitantes perdidos de la ciudad.
¿Qué queréis que os diga? Visitas guiadas he hecho un montón en los 7 años que llevo aquí y, os las recomiendo a todos los que sabéis lo justo de la historia de Alicante, o nos os habéis preguntado qué pinta ahí el castillo, o qué pasó con la Casa Carbonell, o quién era ese alcalde que da nombre a la calle donde hacéis las compras, o Balmis, o «El Chepa»… o porqué a los holandeses les lleva los regalos de Navidad un Santo que sale de Alicante. Podéis hacer la visita en Segway, andando o en bici. Incluso ir más allá, y saber un poco de navegación (ya que tenemos el Mediterráneo ahí) o de como empezó todo en el yacimiento de Lucentum o La Illeta dels Banyets.
En realidad, no hace falta tanto postureo para vender todas las bondades que tenemos. E igual, para que nuestro vino con Denominación de Origen viaje, las bodegas deberían implicarse y darse a conocer en los actos culturales (más que en los patrocinados). Igual hay que diferenciar las paellas precongeladas del arroz de verdad, o exigir mínimos para dar sellos de calidad, o «Q»s de calidad gastronómica.
Ojalá algún día vaya a una presentación de algo relacionado con la Concejalía de turismo y me hablen de realidad. Con sol y con playas, con arroz y estrellas Michelín, incluso con museos, teatros, bibliotecas y cultura en la calle.
Yo el día internacional del turismo, me lo voy a pasar en Alicante, sí. Viendo el Atronador fest, a la Fura dels Baus, el concierto de Alfonso Copé y Anita Antón en el Tumbao, el Abril en Danza, comiendo por ahí, o dándome un paseo por los montes de la tercera provincia más montañosa. No me hace falta un cartel, ni una cara bonita. Necesito, más bien, una Agenda, que los hoteles se hagan eco de ellas, y que podamos crear sinergias entre RENFE, las instituciones, los comerciantes, los medios, los artistas, los guías turísticos, los guiris y los que se escapan… y los que estamos en medio, tratando de que el concepto de turismo de algunos pase a mejor vida de una puñetera vez.
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