Apenas hace tres meses que conozco su música , pero ya forma parte de mis imprescindibles. Y es que Vidi me ha conquistado con ese universo paralelo en el que parece que habita. Un planeta en el que caben todos los tipos de amor, ya sea entre una ranita y un caimán, o entre un humano y una lámpara… Allí no hay filtros de ningún tipo: si quieres algo de alguien, lo pides; si quieres hacer algo, lo haces; Eres libre de decir lo que se sientes o pensar sin temor ninguno a las consecuencias.
Fue un regalazo enorme que Vidi, tras su concierto en el Taller Tumbao, aceptara mi propuesta de ir a la sala Euterpe y ver allí, in situ, conmigo, a Mabú. Me hubiese encantado relajarme y poder disfrutar del dúo al cien por cien, pero… a veces la emoción me puede y la sobreexcitación me deja un poquito a medias; pero bueno… es lo que tiene esto de los orgasmos cantautistas.
Deja una respuesta