«Callar y escuchar es una buena costumbre en desuso… y una manera de aprender.»
Hay muchas formas de ser feminista. Y serlo no está reñido con ser hombre. Tal como yo lo veo es una simple cuestión de educación y de encontrar normalidad en cosas cotidianas. Apoyé la histórica huelga de la semana pasada desde el margen apartado que nos reservaron igual que he apoyado un millón de causas que considero justas.
Si tengo que discriminar algo, lo hago por estupidez, no por sexos. Y en mi día a día las mujeres tienen una relevancia especial. Desde la fortaleza de mi novia tirando del carro en todas las malas situaciones que nos han tocado vivir, hasta la buena educación que he recibido de mi madre y mis tías, pasando por la comodidad que siento al trabajar con ellas.
En mi rutina siempre han mandado ellas: la presidenta de la comisión de música, la directora de la Radio, cuando trabajé embalando mármol en Novelda… la lógica no entiende de discriminaciones y si hay que romper techos de cristal, pelear por la conciliación laboral, acortar plazos, o tocar la guitarra… ahí estaremos, escuchando y respetando: principio básico de la buena convivencia y limitador de diferencias.
Ayer respiramos feminismo en el IAC Juan Gil.Albert. Con José Ferrándiz como anfitrión, y rodeadas de mujeres como Inmaculada Fernández, Maica Cortés, Cristina Puentes, Macarena Palma, Cristina Llorens, Asun, Cristina, Sonia, Borja… en definitiva, una horita de escucha, de aprendizaje y de proyectos a tener en cuenta, que podéis escuchar en este podcast:
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