Una vez hablamos sobre lo bonito que era ser diferente. Salir en fanzines en blanco y negro, que pusieran tus casettes en radios piratas, que te dejaran tocar en esas salas que olían a esa parte de la historia que no guardan los anales. Sólo los recuerdos de cuatro gatos que cuentan, una y otra vez, peripecias que los jóvenes de hoy no entenderían.
De hecho, hoy que mis alicientes viajan de parques a patios de colegio, me he vuelto, si cabe, un poco más nostálgico de aquel olor a tabaco rancio y aquellas resacas en las que te acordabas más de la música, que de lo que habías bebido. Ahora, casi que me conformo con que mi hijo asienta, aunque sea sin querer, cuando suena, en un coche que nunca me imaginé tener, algo de los Stone Roses, o de Joy Division.
Te leo suficiente, para saber a cuánto has renunciado y lo que eso duele. Pero hoy me he animado a escribirte, porque no creo que te digan mucho, el grado de satisfacción que me supone, de repente, encontrarme una lista de canciones nuevas de grupos que ya no me da tiempo a conocer. Se han perdido los referentes, y los tonticos de hoy, prefieren ser ídolos de masas y un triunfo efímero que no conduce a nada, en lugar de esto. A mí me hubiera flipado que Erreka Zikina o Korten hubieran estado en una de esas listas, o protagonizarán algo en tu revista y tener una escena, o un grupo de frikis como tú y como yo, que dieran importancia al estilo, a la estética, a la comunidad…
Supongo que ya no lo haces por esto. Pero gracias por mantener un poquito de ese underground envejecido vivo.
Fdo: Xabi Iru
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