Reivindicar es el maldito sino de nuestra generación. Nos ha tocado vivir la precariedad, la inestabilidad laboral, la ultraformación esteril… a estas alturas de nuestras vidas hemos ido a más manifestaciones que nuestros abuelos. Y aunque, por suerte (siendo el 20N, no hay que olvidarse), no hay grises dando por culo, tenemos el trasero pelado de hacer sentadas, las gargantas jodidas de dejarnos las cuerdas bocales en mesas redondas a las que siempre vamos los mismos… pero, también, hemos fraguado una conciencia social de hierro y una solidaridad necesaria que vale más, y es más fuerte, que cualquier palo que nos puedan pegar.
Este fin de semana, en las Cigarreras, las pancartas se han transformado en puestos de comida, charlas distendidas, conciertos, sesiones variadas de música pinchada, tertulias improvisadas. Las niñas aprendieron sin tener que ir a la escuela, los mayores se divirtieron, la tierra tuvo el protagonismo que merece, las discusiones, que las hubo, fueron sosegadas, hubo unanimidad criticando a los que toman decisiones como seguir manteniendo las corridas de Toros en Alicante. Los escépticos pudieron comprobar que las hamburguesas de Toffu están mejores que las mierdas que nos dan en el McDonnald, que en la dieta vegana hay sitio para chorizos, perritos calientes, dulces… se demostró que desde el respeto, la sociedad tiene sentido, futuro, puntos de convivencia amplios y la posibilidad de reenamorarse de la madre tierra.
Yo no soy estricto ni con mi dieta, ni con muchas de mis convicciones. pero considero importante ampliar miras, porque el concepto de normalidad, ha variado muchos desde que, en estas tierras, se quemaban mujeres por ser brujas, se expulsaban a judíos y musulmanes por no pensar como la mayoría y cosas similares que ahora todos tildamos de barbaridad.
Es mejor pasar a la historia como «reivindicadores», que como la generación que se cargó el equilibrio de la tierra. Por éso es tan necesario pensar, por éso es imprescindible discutir e ir más allá y por éso, también, es tan importante, que haya una sexta, una séptima… y muchas más ediciones del Vegan Fest.
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