Cuando en enero, Luis Barcala decretó la cesión de las competencias de la gestión de los espacios públicos del Castillo de Santa Bárbara a la concejalía de Turismo, que dirige Mari Carmen Sánchez, para su aprovechamiento para la promoción turística de la ciudad, much@s intuimos que no había mucho de verdad en eso de que se trataba de darle un empujón presupuestario a la «gestión» del patrimonio más importante de la ciudad de Alicante.
Los meses han ratificado, que el Castillo, aparte de visitas guiadas, ha dejado de albergar eventos culturales atractivos. Y si no fuera por los cuatro conciertos de Live The Roof (gestionados por Meet & Live, no por el Ayuntamiento), la grandilocuencia de un título como «Alicante Mágico» sería más digno de una estruendosa mofa que de un aplauso.
Atrás quedan los conciertos de The Limboos o Morgan, alumbrando las noches alicantinas. Los eventos infantiles como excusa para que muchos ciudadanos se enterasen de que más allá de la foto, hay una parte de historia palpable subiendo, andando o en ascensor, a lo alto del Monte Benacantil.
En vez de eso, la innovación se reduce a un par de recreaciones históricas hechas por recreadores templarios Y los innovadores conciertos de «A la Llum del Castell», con ocho cenas con covers de Albaladre, Ciudad Canalla, The Liverpool Band, Trivox, ABBA Élite, Keeng, DLocos, Tos Secret.
Surrealista, y más cuando en vez de unificar programaciones, Alicante City va presentando pildoritas separadas en Muelle 12, eso sí, sin mención alguna en la web de turismo, lo mismo que en los centros turísticos, en los que el MACA, Las Cigarreras, el Teatro Principal, las actividades del Castillo o Muelle 12, apenas tienen cabida.
En vez de aprovechar el buen hacer privado, los actos de su compañera de partido en la Diputación o las propuestas de la Concejalía para vender «un Fringe a la Alicantina» con alicientes como el Fijazz, Muelle 12, el verano de músicas del Ayuntamiento, el Live The Roof, el Momentos Alhambra, la programación del Principal, los eventos privados, el Orgullo, las exposiciones del MARQ, el MACA, la Lonja del Pescado… tenemos un vacío informativo en forma de competición por ver quien hace más.
Como consumidores de cultura, habría que enseñarle a la señora Sánchez que hay vida más allá de cuatro fotos en Instagram y que su flamante equipo, debería estar más pendiente de dotar a Alicante, y a su turismo, de eventos de calidad.
En definitiva: ¡Menos postureo y más vida real!
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