Hoy, una reflexión breve tras leer las conclusiones del manido EDUSI…
No hay que hacer ningún estudio a pie de calle para saber que sólo hay dos cosas que vertebran Alicante. Una son las Hogueras, que tienen sus «sedes» repartidas por todos los barrios de la ciudad, y otra es LA CULTURA, porque aparte de racós, en todos los barrios de esta bendita localidad hay bibliotecas, centros culturales, centros privados que programan actividades y eventos culturales; y artistas, grupos, asociaciones que las llevan a cabo.
Las Hogueras han tenido, durante muchos años, la oportunidad de formalizar una estructura de ciudad diferente en torno a algo que respetaba un alto porcentaje de la población y lo han utilizado para ganar poder, gastar dinero y arruinar una fiesta que, por mucho que quieran vendernos la moto, debería haber sido otra cosa.
En lo demás es obvio que las quejas y las barreras a las que se enfrenta la ciudadanía son un montón. De hecho, cada uno tiene las suyas, sin ser conscientes de que las comparten. Quizá el problema más palpable sea, precisamente, que nadie trabaja para encontrar una solución apta para todos esos problemas. Por eso, visto lo visto, proponemos que fomentar la cultura sea la vía para reactivar ese comercio moribundo del que habla el estudio, exigir un punto de calidad al turismo, o incluso conseguir que esos visitantes añadan el teatro, la música, los museos… a esa retahíla de Paellas, Sangrías, cruceros y playas que llevamos años malvendiendo.
Ni a San Antón, ni a Cigarreras, ni al monte Tossal llegan las olas de la playa, ni los guiris esclavos del Tripadvisor. Pero a lo mejor eso se puede solucionar estructurando una vía de transporte público que ayude a fomentar la actividad cultural, educativa, gastronómica y deportiva de cada zona, invertir en descentralizar los puntos neurálgicos e incluso dejar que sean los propios barrios los que tengan autodeterminación para decidir qué clase de papel quieren tener en la estructura futura de Alicante.
El Ayuntamiento puede aunar sensibilidades, o poner dinero para iniciativas concretas, pero las cosas deberían de empezar a tener un sentido marcado por la propia ciudadanía. Sé de buena mano que el concepto de comunidad no existe en estas tierras, que cada uno va a lo suyo y que ésa es una de las razones por las que la ciudad no funciona. Quizá de ahí parte la base de la transformación, de la premisa de entender que tu vecino no es tu rival, ni alguien a quien puedas ignorar, porque vive a diario las mismas cosas que te perturban, o te molestan a ti. Debemos aprender a ponernos de acuerdo a la hora de elegir un rumbo, mirar las cosas a medio-largo plazo y, sobre todo, ser realistas: las cosas no cambian de un día para otro, pero si utilizáramos todo ese tiempo que perdemos quejándonos para algo productivo, la ciudad ganaría, y por consecuencia colateral, vuestros egoísmos particulares, también.
En los 4 años que llevamos en marcha, ha habido 1000 estudios sobre cultura, comercio, turismo, vida de la ciudad… pero ninguno ha hablado de personas, de intereses reales o de ejemplos realistas a seguir. Las conclusiones del plan Edusi no son más que una obviedad que podemos convertir en una herramienta más, aprovechando que en su creación en la que han participado casi todos los partidos políticos, lo que es una ventaja para que el debate sea más productivo que en los fracasos del pasado.
Una vez encontrada la llave, veremos si por fin, damos con la puerta que hay que abrir para ver una Alicante mejor en los inminentes años 20. Como siempre, será el tiempo el que vaya acortando los plazos y las personas las que contribuyan al cambio, o se carguen, como casi siempre, el futuro.
JesusLM dice
Buenos días. Creo que el mal que afecta a Alicante es el mal que afecta a la mayoría de las localidades que viven del turismo. La desafección de tu propia ciudad que no acabas de sentir como tuya debido al trasiego de desconocidos durante todo el año y que al fin y al cabo es el sustento económico. Exceptuando un núcleo duro que realmente se siente de «la Terreta» y se conforman con sus Hogueras y tal creo que fundamentalmente la gente debe sentirse orgullosa de dónde vive y como dices, la cultura y la vertebración de la ciudad de Alicante es fundamental.