Hay dos escenas que se repiten en todas las presentaciones de grandes actos en la Provincia de Alicante.
- El primero, y más obvio: «qué bonito es lo que hago y que bueno soy haciéndolo».
- El segundo: «No lo hago mejor porque las Instituciones no se ponen de acuerdo entre ellas».
El último capitulo de este serial de despropósitos se ha escrito en la presentación de la Programación de verano del ADDA. Por contenido, podría venderse como un mes de buena música que explora nuevos territorios. Algo equiparable a La Mar de Músicas de Cartagena o el Jazzaldi de Donosti, por eso de mantener el sello Fijazz.
Pero la realidad confirma el elitismo rancio de un Auditorio que con sus 1000 abonados vive de espaldas a la realidad del resto de la ciudad. Nadie discute el buen gusto de la selección, con Michael Nyman, Richard Bona, Chucho Valdés ó Pablo Milanés como grandes atractivos, pero en el fondo ésto no es más que una programación «a secas» de 10 espectáculos que tendrán lugar en un sitio determinado.
El único vínculo con la ciudad es que poblarán las grandes avenidas de Alicante con cartelería, pero a la hora de la verdad, nada de lo que Paquito d´Rivera, Víctor Manuel, Rosario o Ketama puedan ofrecer se respirará en otro rincón de la ciudad. Ni una masterclass, ni un showcase, ni un concierto gratuito promocionando La Explanada, la Playa o el Palacio Provincial (si no quieren salir de la endogamia de la Dipu).
Por cosas como esta Alicante es una de las grandes ignoradas del Observatorio de la Cultura no porque no haya contenido que ofrecer, sino porque no lo sabemos vender, o más concretamente, porque no lo sabemos unir. Sería tan sencillo como hacer un ejercicio de imaginación para transformar lo que hoy hemos visto, en un desayuno informal, en la elocuencia en un entramado cultural-estival «rollo» Edimburgh Festival Fringe, en el que, manteniendo la independencia de cada uno, juntáramos las actividades veraniegas del Castillo, con el Summer Brass Festival y todas las iniciativas culturales que ofrece este territorio a visitantes y gentes autóctonas que deciden pasar los meses de julio y agosto en Alicante.
Sería más atractivo para el consumidor, daríamos una imagen de comunidad que, obviamente (y por desgracia) no tenemos, y hasta igual le rascábamos algo de inversión al «ignorador» por excelencia de Valencia, que vive su realidad desde la otra espalda de la (No) Comunidad o ¿por qué no? al Ministerio de Cultura.
Pero no. El verano (y el resto del año) las islas culturales de Alicante ofrecerán sus menús exclusivos a su público determinado. Todo seguirá cerrado, todo parado en este páramo sin autocrítica, sin noción de Comunidad, con ese concepto de cortijo del que sólo unos pocos maman y sin el hilo conductor que, aunque ellos no lo quieran entender, nos haría llamar la atención de mucha más gente.
El postre será una nueva campaña de turismo, hacer un paripé en Fitur o repetir, no sé cuantas veces más, este dejavú insoportable de egos peleados que sólo saben mirarse el ombligo.
¡Una lástima!
Programación completa:
- 29 de junio: Michael Nyman «75celebration» World Premiere with Adda Simfónica
- 4 de julio: Richard Bona «Bona de la frotera» feat Antonio Rey
- 6 de julio: Víctor Manuel «Casi nada está en su sitio»
- 11 de julio: Paquito d´Rivera «Cariberian Tour»
- 13 de julio: Ketama «No estamos locos»
- 14 de julio: Chucho Valdés «Jazz Batá»
- 20 de julio: Rosario Flores «Tour 2019»
- 21 de julio: Benavent, Di Geraldo, Pardo «Sin Precedentes»
- 27 de julio: Adda Simfónica «Celebración del 100º aniversario de L. Bernstein»
- 28 de julio: Pablo Milanés «Esencia»
Humanista dice
¡¡Acertadísimo comentario¡¡