La noche se condensó en, apenas, 45minutos. Una voz angelical, una locomotora y 30 atrevidos melómanos llenaban la sala trasera del Ocho y medio. Hacía tiempo que no sentíamos el placer del petit comité mezclado con el afán descubridor, que los hispanos y los lusos siempre compartimos. Nos miramos en el espejo del escenario, ese en el que se habrá reflejado la golfería de ¿cuántos? y confundimos a nuestra pelvis y nuestros pies izquierdos alentándolos para que convirtieran el miércoles en un oasis más propio del fin de semana que de la rutina del día del vaso medio lleno.
La crónica número 100: Pega Monstro.
Lo bueno si breve… Pega Monstro; Supuestamente, la del miércoles era una noche para enterrar sardinas y vestirse de luto, pero nuestras entendederas están resentidas, después de 100crónicas de conciertos, y acabamos de fiesta con un par de hermanas portuguesas, por lo que, más que a sardina, en el Ocho y Medio olía a Bacalao a Feira. Pero no creáis, que por mucho que nos vendan el país vecino como un paraíso de las toallas, las cejas prominentes y el fado, hay un disco llamado «alfarroba«, que unido a lo que hace cuatro meses nos transmitieron los Fumaça Preta en el Arniches, rompe con esos mitos tan alejados de la realidad.
Las chicas lo dejaron claro, desde el principio. Si no sabéis lo que es Alfarroba, os lo vamos a enseñar a base de gritos, redobles, reverberaciones de voz y distorsión guitarrera. Si tienes unos oídos privilegiados, capaces de separar a las sisters, te darás de bruces con dos cosas que parecen imposibles de casar, algo así como si a Enya le diese por cantar en mitad de una batucada y Jack White se uniera a la fiesta en una rara jam con acento portugués.
«Brança» o «nao consigues» debe ser la forma de expresar la densidad en luso, y para acabar, una batería a medio camino entre el fastjazz y el trash metal, una gota cálida de voz y una curiosa forma de tocar la guitarra más propia de los saltamontes que de unos dedos femeninos.
El riff de «Estrada» fue el preludio del resto de la noche. Unos rematamos el bacalao a Feira, otros lloraron a la sardina y los más golfos bailaron al son de Pura Mandanga en la Plaza del Carmen. Y resultó que Portugal, era el destino de la crónica número cien de este blog por el que, a lo tonto, han pasado ya muchos grupos, nacionalidades y estilos unidos por un denominador común, que muchos menosprecian: Alicante.
Mientras, preparamos las siguientes, os dejamos una lista de Spotify con casi todos los grupos a los que hemos descrito en este año largo:
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