Nadie sabe como será el futuro, pero conviene saber dónde estás y de dónde vienes para poder equivocarte lo menos posible a la hora de trazar el boceto de las realidades que vendrán. Fitur es un dejavú anual en el que el turismo de aquí expone su parte más chabacana atada a proyectos vacíos que ni siquiera han empezado a construirse.
Son muchos años vendiendo la Costa Blanca como un escenario de cine sin actores. Un centro neurálgico de la Inteligencia artificial, irónicamente sin inteligencia. Un expositor universal, sin arte que mostrar. Y, lo peor, una grandilocuencia que empequeñece todas las cosas buenas que se hacen por aquí.
Este año toca Metaverso. Y no me voy a molestar ni en criticarlo. Es más, voy a jugar a entrar en él para imaginarme la parte alicantina de FITUR, con grandes fotos que reivindiquen el Photoalicante. Asun Noales montando escenas de danza para que la gente nos visite en abril mientras MISE y Toni Cuatrero pintan murales y Alberto Celdrán o Héctor Bardissa, cuentan fábulas sobre todo lo que aquí pasa no de vez en cuando, sino CADA DÍA.
En una parte de stand habría carteles del Spring, del Low, del Área 12, del Funtastic, del Atiende Alicante, del Sonidos Globales, del Ros Film Festival, del Ensolab, del Artenbitrit, del Circarte… mientras de fondo sonaría música de ADDA simfònica, desfiles de las más de 100 asociaciones musicales, conciertos de algunos de los 300 grupos de música que aquí malviven, una performance de la Cuarta Piel, una escena de Literatura… Noir y una gran pantalla en la que vayan pasando escenas de los 50 festivales de música, los 20 de cine, los 40 escénicos, de La Tapia, del Festival Ojos Rojos, de los Castillos llenos de danza, de teatro, de Live The Roof, de Música al Castell… las 30 librerías con solera, los Museos y los teatros que conviven en apenas 100 kilómetros a la redonda.
Fitur está lleno de playas y de fiestas. De proyectos tan vacíos como vende el patronato de Turismo. ¿Qué diferencia a Alicante del resto? que aquí tenemos más de 300 días de sol y espacios abiertos donde disfrutar es sólo una cuestión de proponérselo. Lo malo, como siempre, es que quien tiene que entenderlo y representarlo, prefiere otra cosa. Y eso, más que un metaverso, es el pasado. El pasado rancio.
Apago la máquina de imaginar lo que ya existe riéndome por no llorar, del «slogan» Alicante Loves Music. Para los que preguntáis, ni somos nosotros, ni tenemos nada que ver. Esta gente, solo nos conoce para copiarnos, primero con el live, y ahora cambiando una «i» por una «o». Surrealista, como el metaverso.
Al final, vamos a tener que denunciarlos para sacarles, en el juzgado, el dinero que deberían pagarnos por hacer el trabajo de difundir todo lo bueno que pasa en esta costa maravillosa.
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