Homofobos, gilipollas, desgraciados… y guarros. Después de la estupidez anual encarnada en la basura acumulada tras la noche de San Juan, ayer dos pintadas homófobas «limpiaron» nuestra aversión por l@s guarr@s y la trasladaron a la proliferación de cerebros vacíos portando un bote de pintura.
No es un caso aislado, ya que últimamente, hemos asistido a numerosos actos fascistas, encarnados en las protestas contra la llegada de migrantes, defensa de nombres de determinadas calles franquistas en el reciente debate abierto en Alicante, las pintadas de esvásticas en el toro de Osborne de Santa Pola, o las manifestaciones «populares» ante la retirada de la cruz de los caídos de Callosa.
El populismo de ultraderecha empieza a tener un foco en nuestro territorio. Los fachas modernos mantienen viejas ideas obsoletas, por eso, hoy recordamos la primera vez que Charles Chaplin habló ante una cámara cuando aquí subnormales como los que ayer pintaban sandeces en los Arenales del sol mataban a sus vecinos por ser rojos.
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