REDCUAL, red ¿qué?, red ¿cómo? red ¿por qué? el cuándo ya lo dejamos para cuando se constituya el entramado político de novatos concejales y diputado-a de cultura. Pero al resto, conviene anticiparse y eso es lo que llevan tres años haciendo las diferentes asociaciones profesionales de escénicas de la Provincia de Alicante. Con las consiguientes conclusiones presentadas esta mañana en Pynchon.
- El documento con toda la información AQUÍ
El tiempo lo han aprovechado bien. Porque aparcadas las suspicacias y las discrepancias, se han dado cuenta de que todos tienen el mismo problema, y en vez de lamentarse (como siempre), se han puesto manos a la obra para presentar una propuesta de creación de una red, circuito o consorcio cultural para la provincia de Alicante.
El disparo va directo al corazón de la Diputación. Lo primero, y más obvio, porque sus competencias abarcan todo el territorio que se pretende cubrir. Y lo segundo, y más importante, porque cada año hay un despilfarro de una gran parte de los 23.333.576, 81€ que la institución provincial «destinan a la cultura». Parece mucho, pero dividido en habitantes, se gastan al año sólo 12,25€ en cada uno de nosotr@s. Y a cada municipio le «tocarían» 2.666€.
La grandilocuencia de las cifras sobre el papel, se traduce, en realidad, en que una parte importante de lo gastado se destina a los grandes mamotretos provinciales (ADDA, MARQ y MUBAG, básicamente).
Por eso, la propuesta de los profesionales de la cultura está basada en procurar una mejor administración de todo ese dinero, con LA GESTIÓN y el DINAMISMO, como grandes principios del cambio. ¡Que no es mucho pedir!
Los problemas comunes puestos sobre la mesa son: la excesiva burocracia, la dispersión, la duplicidad, la incertidumbre a la hora de saber de cuánto dinero se dispone para ejecutar los planes, la falta de gobernanza, la cansina lentitud, el intrusismo derivado de no diferenciar lo profesional de lo amateur y la obvia consecuencia: LA INEFICACIA, evidenciada en que el actual sistema no satisface ni a poblaciones, ni a público, ni a profesionales de la cultura.
(Aquí es importante aclarar, que aparte de medios y profesionales de la cultura, había diferentes directores de teatros, gestores, administrativas y funcionarios de diferentes ayuntamientos de la provincia en la presentación). Dicho lo cual…?
Las soluciones planteadas están en proceso de gestación, ya que nombrados los nuevos concejales/diputado-a, el debate partirá de un cambio de la concurrencia competitiva, a la colaboración de las diferentes administraciones. Hecho que facilitaría la demandada planificación a medio-largo plazo, el replanteamiento de las convocatorias, la elaboración de una programación estable (y calendarizable), la contratación de profesionales locales y la formalización de un ente coordinador, meramente administrativo que aúne las diferentes realidades de las poblaciones de la provincia.
LOS OBJETIVOS
(en los 4 próximos años) Son 3:
- Crear un órgano de participación y vertebración cultural en la provincia
- Destinar, al menos, el 25% del presupuesto de cultura de la Diputación a los programas culturales de los municipios.
- Crear una partida para la creación y conservación de infraestructuras culturales de dos millones de euros anuales, que garantice la renovación de recursos y equipamientos.
LA RED, EL CIRCUITO, EL CONSORCIO.
No se trata de cubrir necesidades concretas. Más bien, la exigencia de una nueva red atendería a la necesidad de un diálogo permanente que consolide un proyecto que puede parecerse al creado por la Diputación de Albacete. Un consorcio profesional, cooperativo, multidisciplinar y Dinámico. Gestionado por y para la cultura. Destinado a profesionales de la provincia de Alicante, Ágil en la gestión, con gestores culturales profesionales, una programación estable y herramientas eficaces para quien programa y para quien lo disfruta.
La propuesta divide la forma de trabajo en dos mesas.
- Que defina el modelo de circuito, red o consorcio cultural de la provincia
- Que se encargue del modelo económico.
LA UTOPÍA
El papel es claro. Seguramente, extensible a todo aquel que tenga un proyecto cultural en la provincia de Alicante. Lo diferente es que aparte de una unidad que no ha habido NUNCA. También es idóneo el momento elegido, para que, como siempre, los periodos de adaptación de los últimos de la lista, nombrados habitualmente concejales/diputado-a de Cultura, se acorten. O que, al menos, no puedan recurrir a la excusa barata del «yo no sé nada de esto»… Incluso así, con el documento de partida, va a tener por dónde empezar. O dicho de otra forma, les han hecho el trabajo que suelen evitar hacer en los primeros meses de «mandato».
Solventado este problema, quizá se consiga, también, diferenciar al profesional del intruso, que aunque en política es casi lo mismo, en las artes es un matiz importante.
Redefinido ese concepto, todos de acuerdo, también, en la necesidad de que los gestores gestionen, los administrativos administren y los artistas actúen. Por poner un ejemplo gráfico, Amadeo Vaño me contaba que el recién finalizado Abril en Danza, se extenderá (por diferentes cuestiones burocráticas) hasta febrero del año que viene, con todos los dolores de cabeza, créditos que no se deberían pedir o tiempo perdido en rellenar los mismos papeles 7 veces.
La incertidumbre hace que cientos de proyectos mueran cada año por falta de previsión, pagos en periodos poco razonables y otras mierdas burocráticas que quizá el administrativo haga mejor que pegar carteles, contratar artistas (y publicidad) y otras cosas que no sabe, o no quiere, hacer bien. Aunque algunas hasta crean que sí… Ya me gustaría a mí ver cómo reaccionaban si les congelara el sueldo 6 meses, por una firma, o por pura desidia.
Otro punto a destacar es que aparte de unión, hay, por fin, un convencimiento para colocar la cultura en el lugar que merece. O lo que es lo mismo, de esto vive mucha gente, tanta como comerciantes, y la disfruta otra tanta, equiparable al deporte, por ejemplo, aunque el actual Diputado de Cultura no lo entienda.
¿por qué entonces se destina muuucho más dinero a esas otras «disciplinas»? Porque la mayoría somos de letras y no nos damos cuenta de la importancia de recopilar datos. En el principio de la exigencia, debe estar el aval de la cantidad de empresas y profesionales de la cultura que hay, el público de todos y cada uno los teatros, casas de cultura, museos, festivales, etc de la provincia y, sobre todo, el dinero y el trabajo que el circuito cultural alicantino genera.
Poner en valor la cultura depende de ese convencimiento y de una buena difusión, que aparte de dar trabajo a ilustradores, informáticos, communitys o periodistas, pone de manifiesto todo lo que no se ha medido como es debido en estos años: la transversalidad de la cultura con el turismo, el comercio, el trabajo y la educación.
Por último, estando de acuerdo en la necesidad de dar importancia a la profesionalización, también es clave fomentar la creación, la formación y la captación de nuevos públicos. Imagino que esto forma parte del «qué» intrínseco de la gestión, pero debería tener su turno en el debate o de las mesas a crear.
Y cierro con una apreciación personal. Quizá la provincia, en global, sea un ente demasiado grande para empezar. Trini Amorós preguntaba sobre el papel que deberían tener los Ayuntamientos en esta ecuación por resolver. Para empezar, tal vez, convendría entender que la cultura no es una cosa específica del ciudadano de un barrio, o de un pueblo, sino que todo lo programado, es susceptible de ser visto o consumido por gente de poblaciones del entorno, Pepe Ayelo ha hablado de gestores mancomunales, y Amadeo Vaño de Patronatos. La forma es difícil de definir sin un periodo de prueba-error, pero es obvio que es imprescindible la coordinación de instituciones y reuniones periódicas que ayuden a la calendarización (que evite solapamientos) y sobre todo a facilitar que, con el tiempo, sea factible que una alicantina vaya a Villena a ver una obra de teatro, o que un ilicitano tenga combinaciones de transporte público para ir a Denia a ver un concierto.
Dicho esto. Un aplauso por el trabajo. Por la unidad mostrada. Por las ganas de seguir trabajando. Y por sentar unas bases para lo que los «afectados de la cultura», acabemos encontrando la fórmula para cambiar la incertidumbre por estabilidad. Es un largo camino a recorrer, pero como decía Roo Castillo, este comienzo se puede considerar histórico. Al menos, como prólogo de lo que, esperemos, está por venir.
Deja una respuesta