Siempre que oigo a esos políticos que se les llena la boca hablando de turismo, de su impacto en el Comercio y en los datos de ocupación… y de todas esas retahílas «ganavotos, » pienso en los ratos sin conciertos de los festivales.
Dicen que por el Low, este fin de semana, han pasado 83.000 personas (unas 27.500 por día), las que me imagino que han ido, venido, desayunado, comido, cenado, dormido, bebido, comprado camisetas, una colchoneta para bañarse en la playa, ibuprofenos para la resaca, etc.
Siempre que voy a un festival busco en los periódicos locales reseñas de este tipo de cosas, hablo con la gente autóctona y trato de medir el impacto real de este megamovimiento de hipsters. Normalmente, en los diarios no encuentras más que una crónica escrita «antes de…» con dorada de píldora del cabeza de cartel y gallifante para el organizador/pagador de publicidad. Si al periódico no le repercute dinero, suele haber alguna noticia hablando de vecinos quejándose del ruido, o de los botellones que los festivaleros con menos recursos hacen.
Me da la sensación de que en Benidorm no son tan conscientes de este impacto, como lo pueden ser en Aranda de Duero con el Sonorama, o Miranda del Ebro con el Ebrovisión. Al fin y al cabo, la ciudad de los rascacielos está acostumbrada a recibir visitantes y los comerciantes, en general, se preocupan bastante poco de la procedencia de sus ingresos. Vamos que te tratan como guiri, seas un jubilado que vienes con el Imserso, un inglés borracho con ganas de pasar la noche en el calabozo o un lower de resaca en la calle de los vascos.
Comparemos… haciendo un cálculo rápido, diría que la edad media del lower está entre los 30/40 años y que su nivel adquisitivo es medio. Siendo benevolente se gasta una media de: 100€ al día en dormir, 50€ en comer (desayunar y cenar), 20€ en beber y 10€ en chorradas varias. Total: 180€ (como poco), multiplicado por 27.000 asistentes, me salen casi cinco millones de «regalo» a Benidorm por cada día de Low Festival. Y eso que no hay conciertos en la playa o en las plazas, ni ofertas especiales, ni ese marketing asociado a la cultura que hace que si tienes una heladería saques un helado de color azul con el nombre del festival, o si tienes un bar olvides el reggeatón por un día y pongas una lista de reproducción indie (que le pregunten a la Cava aragonesa los réditos de ser avispado…).
En los primeros 6 meses de 2017 Alicante recibió 38.789 cruceristas. La media de gasto por viajero fue de 60€. Lo que nos daría 2.327.340€. Si multiplicamos por dos: 4.654.680€. Vamos que en tres días el Low genera el triple de dinero que los cruceros en un año. Pero de eso no se habla… y con los barquitos nos taladran todos los días…
Tras cuatro años como residente en Alicante tengo clara la herencia fenicia del Mediterráneo, pero empiezo a dudar de la capacidad para aprovechar las mieles que el turismo genera en realidad. Primero por como se trata al visitante. Segundo por la infraestructura chabacana que hace que muchos de los que vienen a visitarnos se vayan con la sensación de que aquí solo hay sangría (o alcohol, en general), paella congelada, sevillanas, toros y trabajadores de hostelería mal pagados que te tratan, más o menos, como les tratan sus jefes a ellos. Tercero por la falta de empatía generalizada. Y cuarto porque los políticos y sus asesores suelen ser una panda de ceporros que se enteran de la misa la mitad y menosprecian y omiten los réditos del turismo cultural.
Una costa que se vanagloria de vivir del turismo, que ni trata bien al turista (para que vuelva), ni aprovecha oportunidades de negocio, ni sabe adaptarse a cada momento. ¿Qué pasa? que cuando dejas de ser el destino más barato te quedas hasta sin turistas chabacanos, que compitiendo con el resto del mundo nuestras playas no son suficiente reclamo (y menos con el poco civismo de la gente que las deja como un vertedero) y que, como no hay turistas, sube el paro, hay más pobres, las calles pierden glamour,hay menos pasta para gastar en renovarse, limpiar, investigar, desarrollar… y acabamos en Fitur, enseñando fotos trucadas, vendiendo una gastronomía de calidad que sólo encuentras en un 10% de los establecimientos y dando bombo a unas fiestas que son el sumun de lo que a nadie con dos dedos de frente le gusta.
Quizá cambiar las cosas sea algo tan simple como vivirlo en lugar de fiarte de lo que te cuentan…
Te habría quedado un artículo más creíble con cifras más realistas; incluso habiendo generado la mitad de los ingresos de un año de cruceros (esos famosos 2.327.340€), lo habría hecho en tan solo 3 días.
Si se hicieran dos ediciones del Low al año se generaría en 6 días tanto como un año entero de cruceros. Eso ya es un éxito considerable sobre el que podrías haber redactado un artículo más verosímil y con menos cifras inventadas.
Pero no, mejor soltamos la pullita contra una ciudad a 30 minutos de Benidorm.
Hola Pedro!
Lo primero. Alicante dejó escapar el Low porque no generaba interés (ni turístico ni económico) de ahí que metamos la ciudad a 30 minutos de Benidorm.
Y lo segundo: nosotros no somos economistas, nos guiamos por los datos: tantos visitantes, tanto gasto = tanto dinero generado. El Low lleva dejando en Benidorm (sin contar lo que ganan dentro del recinto) una media de 15.000.000€ por edición en los últimos 3años (Eso es oficial), y aunque nuestro cálculo, en este caso es aproximado, porque aún no han salido las cifras oficiales, hemos tenido en cuenta esas cifras, las que ya son oficiales (83.000 asistentes), nuestra experiencia personal y lo que hemos visto estos días y, sí, nos cuadran.
Noticias del impacto económico del Low ¿dinos cuantas hay? y de los cruceros (sin dar todos los datos reales) ¿cuántas? De ahí la pullita, porque, si quieres hablar de Alicante, ¿por qué nadie habla del impacto económico de una obra de teatro en El Principal? ¿o de un concierto en la Plaza de Toros? ¿o en la Sala Marearock? ¿o en los diferentes festivales: Marearock, Spring Festival? Porque luego economistas para sacar datos de los impactos de Hogueras, Los cruceros y demás, siempre hay. Así que sí, en un día de Low se genera el doble que en 6 meses de cruceros y no se hacen dos ediciones de Low, pero este año el Spring ha dejado una buena pasta en Alicante (de la que nadie ha hablado).
Por eso esta reflexión. Porque a veces parece que la cultura es un mundo aparte y las concejalías de turismo, comercio, etc la marginan como si fuera una cosa de pobrecitos endogámicos que no le dan nada a las ciudades. Esto no es más que una prueba de que sí: generan y mucho.
Un saludo