Hoy queremos hacer una pregunta en voz alta, después de ver tres procesiones en Alicante. ¿Hay igualdad entre el trato a las fiestas y a la cultura? o, parafraseando a Estopa ¿La calle es tuya? o ¿es solo de algunos?
Resultan curiosas todas las pegas burocráticas que se ponen para cualquier acto cultural. Siempre nos invitan a «aislarnos» en Las Cigarreras o en el Espacio Séneca, mientras no vemos que haya tanto problema para que saquen a pasear los cristos y las vírgenes, para que las Hogueras pongan una barra dónde les dé la gana (cosa que a nosotros nos dicen que está prohibido), para cerrar una calle el tiempo que haga falta o para saltarse a la torera todas las restricciones de ruido que nos ponen a los gestores culturales, incluso cuando el acto no es un concierto, ni tiene música.
El sol, no solo vale para ir a la playa. Tenemos plazas maravillosas y se está haciendo una gran inversión en peatonalizar todo el centro. Pero en vez de aprovechar la disyuntiva para dejar que los artistas se exhiban (como ocurrió en Petrer con el Artenbitrit, que congregó más de 30.000 personas la semana pasada) en el Abril en Danza (apunto de empezar), el Photoalicante (que en otras épocas generaba debate con fotos recurrentes en plena plaza del mercado), el Circarte (que busca libertad en otras localidades), el Alacant Desperta (aislado en el Monte Tossal), el Spring Festival…. nos ponen pegas diversas, nos van llevando de una Concejalía a otra y, al final, la ciudad se pierde cosas que generan mucho dinero, buena imagen, turismo, puestos de trabajo, etc.
Las fotos de los capirotes y las manolas son bonitas, pero las del público arropando a cantantes, o malabaristas, bailarinas y clowns dando rienda suelta a sus artes, también deberían tener cabida en las calles. Porque por proyectos para llenarlas, no será (como puedes comprobar AQUÍ)
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